Berlín, Alemania (Welttexpress). Italia se enfrenta a un «otoño caliente» en la lucha contra el empobrecimiento dramáticamente creciente. En un sensacional informe publicado la semana pasada en su plataforma en línea «Collettiva», el sindicato CGIL reveló la situación cada vez más dramática de los más pobres del país. Según la oficina estatal de estadística ISTAT, 2 millones 235.000 familias y 5 millones 752.000 individuos viven en la pobreza absoluta. Es decir, el 8,5% de las familias y el 9,8% de los individuos. Esto significa que el número de los más pobres de la sociedad ha aumentado un 2,3% y un 2,9%, respectivamente, en comparación con 2014. Los trabajadores del transporte iniciarán su lucha el 20 de septiembre con una huelga nacional convocada por el sindicato de base Unione sindacale di Base (USB). Sin embargo, esto solo será el principio de una declaración de guerra contra «la política de opresión, explotación y guerra del Gobierno de Meloni», que sigue «impregnada de fascismo», escribió la revista comunista «Contropiano» en su portal en línea, ya que las asociaciones de trabajadores ya se están preparando para una nueva huelga general.
El informe del ISTAT para 2024 muestra la «despiadada imagen del Bel Paese, que se caracteriza por la precariedad y la desigualdad», según «Collettiva», que señala que una proporción muy elevada de la población activa también tiene que trabajar en condiciones económicamente precarias en el mercado laboral, en pocas palabras, la gente es pobre aunque trabaje. Esto incluye el hecho de que en las empresas privadas, a la mitad de los trabajadores de más de siete años se les han vencido los convenios colectivos y no se les ha aumentado el salario. Una de las consecuencias es que «el poder adquisitivo de los salarios brutos cayó un 4,5% entre 2013 y 2023» en Italia. «Collettva» califica de “especialmente negativo” elhecho de que tres millones de los algo más de 10 millones de jóvenes de entre 18 y 34 años hayan tenido que abandonar el país. Según el secretario general de la CGIL, Maurizio Landini, esta situación es el resultado de la implicación del Gobierno de Meloni en los avances belicistas de Occidente, la UE y la OTAN, que ha llevado a una radicalización reaccionaria de toda regresión social, civil y democrática. Mientras se gasta cada vez más dinero en armas y guerra, nunca hay dinero disponible para satisfacer las necesidades de la gente pobre. Ha suprimido la renta nacional para que los empresarios puedan por fin contratar la mano de obra que necesitan en sus condiciones. Los salarios de miseria se recortan cada vez más, y también se han suprimido los fondos para alquileres y atrasos, lo que hace cada vez más difícil que sectores de la población puedan pagar un alquiler para mantener un techo bajo el que vivir.
Una de las consecuencias negativas es que la población italiana se ha reducido en más de un millón de personas en la última década. En las regiones del sur, esto equivale al 4,7% de la población, mientras que en el norte fue «sólo» del 0,3%. El informe califica de «especialmente grave» el hecho de que «los jóvenes sean los principales agentes del declive demográfico». De algo más de 10 millones 330 jóvenes de entre 18 y 34 años, tres millones tuvieron que abandonar el país.
Bajo el gobierno de Meloni, heredero directo de los neofascistas de la posguerra, este curso ha sufrido una radicalización reaccionaria de toda regresión social, civil y democrática como parte de su implicación en los avances belicistas de Occidente, la UE y la OTAN. Mientras se gasta cada vez más dinero en armas y guerra, nunca hay dinero disponible para atender las necesidades de los pobres. El gobierno de Meloni niega que «el país atraviesa graves dificultades y que se necesitan medidas urgentes para apoyar a los grupos más vulnerables», ha declarado el Secretario General de la CGIL.
Las luchas se están viendo impulsadas por el hecho de que la CGIL ha obtenido sorprendentemente rápido el medio millón de firmas necesarias para un referéndum que está planeando «sobre la protección contra los despidos ilegales, la superación de la precariedad, la seguridad en el trabajo contratado y la prevención de accidentes laborales».
