Berlín, Alemania (Weltexpress). Una advertencia urgente de Yanis Varoufakis para el nuevo año: la UE ha fracasado a la hora de abordar las causas de las crisis europeas de los últimos diez años y ahora Europa se dirige hacia un futuro distópico.

Hace unos días, el profesor de economía de izquierdas y ex ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, habló del precario futuro de Europa en un contundente mensaje de Año Nuevo en YouTube, con la vista puesta en 2025. Hace casi 10 años, él y el grupo DiEM25, del que es cofundador, advirtieron de que 2025 decidiría si la Unión Europea se democratizaba o se hundía. A 3 de enero, su contribución ya había sido vista 141.000 veces.

Según Varoufakis, la suerte está echada porque la UE no ha sabido atajar las causas de las crisis europeas, desde la austeridad persistente y el estancamiento tecnológico hasta el auge de la xenofobia y el fascismo. Critica a las élites políticas de la Unión Europea por su obsesión con el ejército y el creciente gasto en armamento, mientras ignoran otros problemas acuciantes como el genocidio en Gaza. Como la democracia también está amenazada, Europa se enfrenta a un futuro distópico.

Al final, Yanis Varoufakis esboza una visión de una Europa diferente, que da prioridad a la paz, los derechos humanos, la democracia económica y una renta básica universal, lo que no deja de ser una quimera tan ilusoria como su proyecto DiEM25, dada la realidad imperante en toda la UE. En cambio, su análisis de la crisis europea en YouTube da en el clavo:

Yanis Varoufakis explicó en nombre de DiEM25, el movimiento paneuropeo que se reunió en Berlín hace unos años, que este movimiento surgió cuando aún era posible soñar con evitar la degeneración de la Unión Europea en una unión de austeridad y austeridad. Ya entonces describió esta unión de austeridad como un proyecto que arrastraría a los pueblos de Europa a un lodazal de explotación desnuda de las personas y la naturaleza, desigualdad galopante, retroceso tecnológico, xenofobia y guerra.

Además, cuando se fundó DiEM25 a finales de 2015, dijo que Europa tenía como mucho una década para poner sus asuntos en orden. Por esta razón, se incluyó el número 25 en el nombre de DiEM25. En aquel momento, se predijo que Europa se democratizaría o se desmoronaría en 2025. Como lo primero no había sucedido, ahora Europa se desintegraría.

Con la vista puesta en el año 2025, que siempre se consideró decisivo, Varoufakis explicó entonces que ese año significaría o bien una revitalización de Europa o bien su entrada en un largo declive secular. De hecho, las clases dirigentes europeas habían maltratado, disminuido, explotado y deprimido el continente. 15 años de austeridad para los muchos pobres y de dinero gratis para los pocos ricos habían conducido a la desindustrialización del norte de Europa y a la desertización del sur. Como resultado, Europa se ha perdido toda una revolución tecnológica y ahora se encuentra en un declive irreversible: tecnológica, política, financiera y moralmente.

Varoufakis también se pregunta por qué Europa no desempeña ningún papel en los intentos de poner fin a la guerra en Ucrania, mientras que, al mismo tiempo, apoya los crímenes de guerra y la guerra genocida de Israel en Gaza y los territorios palestinos ocupados o -como si se tratara de la providencia divina- los acepta tácitamente. En esta versión posmoderna de los años treinta, el centro político radical se ha vuelto sensacionalmente impopular en Europa, desde Emmanuel Macron hasta los Verdes alemanes y el SPD. Bruselas es percibida como la capital donde la decencia y la democracia han degenerado y el poder incontrolado y antidemocrático se ha hecho con el poder de la mano de la irresponsabilidad criminal.

Según Varoufakis, cada anuncio de un nuevo proyecto político por parte de los dirigentes de la UE no es más que otro baile con el fracaso, y eso se nota en las caras de los responsables, que ya no creen en sus propias palabras. Con la industria europea en proceso de liquidación, el Green Deal en el pasado y el informe de Mario Draghi en la papelera, sólo se habla de enormes gastos en armamento, sistemas de defensa antiaérea como la Cúpula de Hierro israelí o drones y máquinas militares de matar equipadas con inteligencia artificial.

Ajenas a su pretensión de «humanismo europeo», las élites de la UE hace tiempo que aceptaron sus propios fracasos. Lo único que hicieron fue cobrar sus fastuosos sueldos y esperar con impaciencia los puestos especialmente lucrativos en los consejos de administración de alguna gran empresa que les esperan una vez que hayan abandonado sus puestos en la UE.

Según Varoufakis, en esta versión posmoderna de los años treinta, sólo los xenófobos y los fascistas transparentemente disfrazados podían prosperar, mientras que los despistados políticos de centro les preparaban el terreno. La suerte por sí sola no ayudará a Europa, porque ningún viento es favorable para un continente que ha perdido el rumbo.

Notas:

DiEM25 fue fundada en 2016 por Yanis Varoufakis y significa «Movimiento Democracia en Europa 2025». Se trata de un movimiento político progresista paneuropeo poco conocido que pretende salvar a la UE de una posible desintegración y promover una democratización radical. He aquí algunos puntos clave de DiEM25:

El movimiento se ve a sí mismo como un movimiento de base en el que todas las decisiones son tomadas democráticamente por sus miembros. DiEM25 insiste en la necesidad de una UE transparente y controlada democráticamente, frente a una Unión dominada por fuerzas tecnocráticas y oligárquicas.

DiEM25 está a favor de una serie de reformas, como una renta básica universal, la revitalización de la economía de la UE mediante la inversión pública y la transparencia en la política de la UE. También ha formado alianzas electorales con otros partidos de izquierda y se presenta a las elecciones en varios países para hacer realidad su visión.

Aunque DiEM25 está presente en varios países europeos, hasta ahora ha tenido un éxito limitado en las elecciones. Sus críticos sostienen que el movimiento es demasiado idealista o que subestima la complejidad de la política de la UE.

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