Huelga general en Italia: los trabajadores protestan contra la economía de guerra, exigen inversiones en la industria, seguridad en el empleo y un aumento de los salarios, estancados desde hace años

Los colores de la bandera de la República de Italia. Fuente: Pixabay, Foto: Valter

Berlín, RFA (Weltexpress). La huelga general nacional de 24 horas convocada por los sindicatos de base Union sindacale di Base (USB) para el viernes 13 de diciembre de 2024 se ha desarrollado con éxito en todos los sectores públicos y privados, informó el sindicato. La orden del ministro de Infraestructuras, Salvini, de la Lega, de acortar la huelga a cuatro horas fue rechazada por la USB. El ministro respondió: «Habrá caos». El paro afectó a la industria y el transporte, las escuelas y universidades y el sector sanitario. Después de que los grandes sindicatos CGIL y UIL ya paralizaran en gran medida el país con una huelga general el 29 de noviembre de 2024, el diario romano «Messaggero» volvió a hablar de un «viernes negro».

Autobuses, trenes y taxis se detuvieron al inicio del turno. Se fijaron horas sin huelga para el transporte de trabajadores, en Roma para las 8.30 de la mañana y de 17.00 a 20.00 horas. En Milán para el metro desde el inicio del turno a las 8.45 h y de 15.00 a 18.00 h. Los trenes regionales circularon durante el periodo de mayor volumen de tráfico de 6.00 a 9.00 h y de 18.00 a 21.00 h. Mientras que el transporte aéreo quedó exento de la huelga, el personal administrativo del transporte marítimo dejó de trabajar durante todo el turno y las conexiones con las islas mayores quedaron interrumpidas desde medianoche hasta las 23.59 horas. Tras la dimisión del director general, Carlos Tavares, estalló una bomba de relojería en el grupo automovilístico Stellantis, con cientos de despidos. Las cadenas de montaje de la planta de Mirafiori, en Turín, se paralizarán hasta el 20 de enero de 2025 debido a la falta de demanda de coches eléctricos. Aunque el primer ministro fascista Meloni quería intervenir aquí, se ha quedado de brazos cruzados hasta ahora.

Hoy, la clase obrera vuelve a salir a la calle para pronunciarse contra la economía de guerra del Gobierno de Meloni y para defender la industria y el empleo de este país, así como para exigir salarios más altos, según la convocatoria de la USB, que subraya que a este país le ha faltado de todo hasta ahora. En primer lugar, la capacidad de orientar la política industrial de forma clara y sin ambigüedades hacia el cambio ecológico. Mientras las empresas reparten dividendos multimillonarios entre los accionistas, no se invierte ni un solo euro en nuestro país. El «libre mercado» no ha hecho más que promover los intereses de unos pocos mientras socavaba los de la colectividad.

Para impulsar estas reivindicaciones, miles de huelguistas se concentraron en Roma, en Piazzale Tiburtino, a partir de las 9.30 horas, y en Milán, en Porta Venezia, a partir de las 10.00 horas. En Turín se produjeron enfrentamientos con la policía durante una marcha de protesta estudiantil. Según la agencia de noticias «ANSA», los estudiantes lanzaron huevos y piedras contra una unidad de policía, que respondió con porras.

Delegaciones de trabajadores del transporte, ferroviarios, portuarios y del transporte local se habían reunido frente al ministerio de Salvini para realizar una sentada y protestar contra el hecho de que los salarios llevan años estancados. También protestaron contra el hecho de que el presupuesto de 2025, que se está votando en el parlamento, contiene recortes masivos en ministerios, autoridades locales, escuelas y universidades, mientras que no se hace nada para combatir la creciente pobreza y se abandona sin piedad a los pensionistas a su destino de pobreza.

La USB señaló que el presupuesto para 2025 no tiene en cuenta en absoluto la creciente pobreza que afecta a más de 5 millones de italianos. De ellos, más de 4,5 millones son pensionistas que reciben menos de 1.000,00 euros al mes. La situación es peor para los menores de 75 años, que tienen que conformarse con 598,61 euros, y los mayores de 75, que tienen que arreglárselas con 614,77 euros. En comparación con el aumento del coste de la vida, van a recibir la friolera de tres euros más.

En el sector de la sanidad, donde 200.000 personas ya no podrán pagar los medicamentos que necesitan en 2023 porque las empresas farmacéuticas han aumentado el precio de los medicamentos en un total de 2.500 millones de euros en los últimos siete años, se va a recortar casi la mitad del presupuesto, lo que correspondería a una reducción al 6,3% del PIB. Y sin embargo, como demostraron 200.000 médicos el 20 de noviembre de 2020 durante una huelga contra estas condiciones catastróficas, el sector necesita al menos 50.000 millones de euros sólo para mantener un nivel mínimo de asistencia.

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