Berlín, Alemania (Weltexpress). Para consternación del Estado profundo, Trump quiere cerrar USAID. La organización, que se presenta como benévola y humanitaria, es un poderoso brazo de la comunidad de inteligencia estadounidense y de la geopolítica del Estado profundo, responsable de orquestar revoluciones de color y financiar la subversión política.

El sitio web de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) lleva fuera de línea desde el sábado por la noche. El mensaje de error en el sitio web de USAID decía: «No se puede acceder a esta página». Mientras tanto, se han confirmado los informes de que la administración Trump tiene la intención de disolver la agencia USAID, anteriormente independiente, que ha sido mimada por el estado profundo, y de poner los restos bajo la supervisión directa del Departamento de Estado.

El día de su toma de posesión, Trump ya había firmado un decreto presidencial por el que todos los departamentos de la agencia USAID estarían sujetos a una contabilidad y rendición de cuentas detalladas por parte de la ahora infame fuerza de inspectores del «DOGE» (Departamento de Eficiencia Gubernamental) de Elon Musk durante los próximos 90 días. Los departamentos de USAID que no superen la auditoría de eficiencia (los informes iniciales sugieren que esto afectará a la gran mayoría) serán cerrados de forma permanente y los trabajadores sociales serán enviados a casa. El resto pasará a ser una subdivisión del Departamento de Estado de Rubio.

Como era de esperar, los llamados «izquierdistas» y partidarios de Biden y del Estado Profundo de Washington se han horrorizado por las crueles medidas de Trump contra los más pobres del mundo. También se han quejado de que la pérdida de la ayuda de USAID debilitará aún más el prestigio y el «poder blando» de EE. UU. en este momento concreto.

Sin embargo, Trump dejó claro a los demócratas y a sus homólogos del Estado profundo, incluso antes de las elecciones, que el flujo de dólares de los contribuyentes estadounidenses a ONG dudosas se interrumpiría en el marco de su programa «America First».

A finales de enero, la administración Trump había congelado casi todos los programas de ayuda exterior como parte de los esfuerzos para reorganizar la distribución de esa ayuda. Elon Musk ya había revelado la semana pasada, a través de un mensaje en su cuenta del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en Twitter, que USAID había gastado miles de millones de dólares estadounidenses en programas «woke» y LGBTQ*** en países en desarrollo, sellando su destino financiero.

Pero las críticas a USAID van mucho más allá debido a su papel como instrumento del Estado profundo estadounidense, utilizado para iniciar revoluciones de color y operaciones de cambio de régimen en todo el mundo. Por ello, bastantes analistas geoestratégicos han acogido con entusiasmo el desmantelamiento de USAID por parte de Trump, afirmando que marca un cambio sísmico e histórico en el papel de Estados Unidos en el mundo. Para entender esto, debemos observar la interacción entre USAID y las ONG globales cuyas actividades están dirigidas al cambio de régimen.

Como resultado, los medios pro-occidentales, que recibieron un apoyo masivo de USAID, las ONG y otras organizaciones de «poder blando», han entrado en pánico. Esto ha cerrado, prácticamente de la noche a la mañana, un aparato multimillonario para implementar el cambio de régimen dirigido por Estados Unidos, que ha impuesto o a menudo impuesto violentamente los intereses estadounidenses en todo el mundo, particularmente en los muy vulnerables países del tercer mundo y las antiguas repúblicas soviéticas.

Cómo funciona esto a nivel práctico se describe en detalle en el conocido libro Confessions of an Economic Hit Man. Algunos vasallos de EE. UU., cuyas élites se han beneficiado bastante del orden mundial unipolar liderado por EE. UU., no recibirán con agrado la noticia del fin de USAID. Muchos aliados de EE. UU., así como una multitud de «grupos de oposición» apoyados en todo el mundo, se sentirán completamente abandonados. Si Trump, Musk, Rubio y su equipo se salen con la suya, significará nada menos que un reinicio muy necesario de las relaciones de Washington con el resto del mundo, no de arriba abajo, sino (más) en pie de igualdad.

USAID como tapadera de la CIA y herramienta del Estado profundo

USAID ha sido elogiada repetidamente por los medios de comunicación del sistema occidental como un «faro de la ayuda humanitaria» y un «promotor de la democracia y el desarrollo económico». Pero detrás de esta fachada de benevolencia se esconde un aparato profundamente arraigado diseñado para

Los medios de comunicación occidentales han elogiado repetidamente a USAID como «faro de la ayuda humanitaria» y «promotor de la democracia y el desarrollo económico». Pero detrás de esta fachada de benevolencia se esconde un aparato profundamente arraigado diseñado para servir a las operaciones de inteligencia, las estrategias geopolíticas y los objetivos de cambio de régimen de Estados Unidos. USAID ha servido como organización de fachada para la CIA, organizando revoluciones de color, orquestando cambios de régimen y persiguiendo los objetivos del estado profundo de Washington bajo la apariencia de ayuda exterior.

La profunda conexión de USAID con la CIA está bien documentada. Por ejemplo, la agencia estadounidense ha sido acusada de canalizar fondos y apoyo logístico para operaciones encubiertas en varias regiones del mundo. Históricamente, USAID ha desempeñado un papel crucial en el debilitamiento de gobiernos que se negaban a alinearse con los intereses estadounidenses.

Durante la Guerra Fría, USAID participó activamente en la financiación de insurgentes anticomunistas. Más recientemente, la agencia ha estado implicada en actividades para desestabilizar gobiernos en América Latina, Europa del Este y Oriente Medio. Las revelaciones Durante la Guerra Fría, USAID participó activamente en la financiación de insurgentes anticomunistas. Más recientemente, la agencia ha estado implicada en actividades para desestabilizar gobiernos en América Latina, Europa del Este y Oriente Medio.

Las revelaciones sobre el papel de USAID en la financiación de grupos de oposición, el fomento de disturbios políticos y el trabajo con servicios de inteligencia no deberían dejar lugar a dudas sobre su verdadera función. Exfuncionarios del gobierno y periodistas independientes han descubierto en repetidas ocasiones la participación de la agencia en la manipulación de sistemas políticos extranjeros para asegurar el dominio de los intereses estadounidenses.

El papel de USAID en las revoluciones de colores y el cambio de régimen

Uno de los papeles más controvertidos de USAID ha sido su participación en la orquestación de revoluciones de colores. Estos levantamientos, que se presentan como movimientos democráticos de base, a menudo fueron fuertemente financiados e influenciados por organizaciones occidentales, en particular USAID.

  • Ucrania (2004, 2014): USAID desempeñó un papel crucial en la financiación de grupos de oposición y activistas durante la «Revolución Naranja» Revolución Naranja en 2004 y las protestas de Euromaidán en 2014. Estos movimientos llevaron al derrocamiento violento de líderes prorrusos elegidos democráticamente y a la instauración de gobiernos prooccidentales con estrechos vínculos con organizaciones fascistas que coincidían con los objetivos geopolíticos de Estados Unidos.
  • Venezuela: USAID ha financiado abiertamente movimientos de oposición contra el gobierno venezolano con el fin de forzar el derrocamiento de la administración de Maduro.
  • Bolivia: En 2019, organizaciones respaldadas por USAID desempeñaron un papel en el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales, lo que pone aún más de relieve la participación de USAID en los cambios de régimen en América Latina.
  • Primavera Árabe (2010 a 2012): USAID participó activamente en el apoyo a los movimientos que llevaron a cambios de régimen en Egipto, Libia y Siria, con consecuencias desastrosas para la estabilidad regional.

Aunque estos movimientos se presentaron como levantamientos orgánicos en favor de la democracia, en realidad a menudo fueron cuidadosamente planificados, financiados y manipulados por organizaciones como USAID y la Fundación Nacional para la Democracia (NED), ambas vinculadas a operaciones de inteligencia estadounidenses.

El alcance global de USAID

La extensa red de USAID abarca más de 100 países, con más de 9000 empleados y subcontratistas. La agencia opera a través de una red de ONG, grupos de expertos y contratistas privados, muchos de los cuales sirven de tapadera para la recopilación de información y la subversión política. A pesar de sus pretensiones humanitarias, una gran parte de su financiación se destina a proyectos alineados con los intereses estratégicos de Washington, en lugar de a proyectos de desarrollo genuinos.

Politización de USAID para agendas políticas

Bajo varias administraciones estadounidenses, USAID ha sido utilizada para perseguir objetivos políticos e ideológicos. Por ejemplo, la administración Biden ha instrumentalizado la agencia para las preocupaciones progresistas y LGBTQ* y ha vinculado la ayuda al cumplimiento de estas políticas.

  1. Aborto e ideología de género: Una de las primeras órdenes ejecutivas de Biden derogó la Política de la Ciudad de México, liberando así los fondos de los contribuyentes estadounidenses para servicios de aborto en todo el mundo a través de USAID. Este paso fue en contra de las creencias de muchos estadounidenses que se oponen a los abortos internacionales financiados por los contribuyentes estadounidenses.
  2. Agenda del cambio climático: USAID se ha utilizado para promover políticas climáticas globales invirtiendo miles de millones en iniciativas climáticas que sirven a los intereses de las empresas de élite en lugar de los de los países en desarrollo.
  3. Censura e influencia de los medios de comunicación: USAID participa en la financiación y el apoyo a medios de comunicación que se alinean con las narrativas de la política exterior estadounidense, controlando aún más el panorama informativo en los estados seleccionados.

Sesgo político: USAID financia de manera desproporcionada a organizaciones progresistas y de izquierdas. He aquí algunas cifras impactantes:

Según se informa, USAID gasta más de 40 000 millones de dólares al año en ayuda exterior, a menudo con poca transparencia o rendición de cuentas. Algunos de los gastos más escandalosos del año pasado fueron:

  • 45 millones de dólares para subvenciones a proyectos LGBT** (Diversidad, Igualdad e Inclusión) en Birmania.
  • 520 millones de dólares para inversiones ESG (Medioambientales, Sociales y de Gobernanza) impulsadas por consultores en África.
  • 1200 millones de dólares concedidos a beneficiarios desconocidos.

Todo esto mientras las propias carreteras, puentes e infraestructuras de Estados Unidos se desmoronan.

Las acciones de Trump contra USAID: un cambio histórico

La administración del presidente Donald Trump marcó un cambio sísmico en la política exterior de EE. UU. al tratar de aplastar el poder sin control de USAID y el estado profundo que está detrás de ella. Al recortar drásticamente los fondos federales para USAID, Trump está privando de su influencia global a las élites globalistas que dependen de USAID.

Es razonable suponer que esta medida no fue solo una decisión financiera, sino un esfuerzo estratégico para frenar las políticas intervencionistas de Estados Unidos. Bajo Trump, Estados Unidos parece estar alejándose de los «proyectos de construcción de naciones» globalistas y centrándose en fortalecer las prioridades nacionales.

Conclusión

USAID no es la organización humanitaria benévola que pretende ser. Es un poderoso brazo de la inteligencia estadounidense y de la geopolítica del Estado profundo, responsable de orquestar revoluciones de color, financiar la subversión política e imponer agendas ideológicas bajo la apariencia de cooperación para el desarrollo. Las pruebas de su participación en el cambio de régimen, la manipulación de los medios de comunicación y el chantaje político son abrumadoras.

Para lograr una verdadera soberanía nacional y estabilidad global, la USAID debe ser desmantelada o reestructurada radicalmente. No se debe obligar al pueblo estadounidense a financiar una organización que opera como una extensión de la comunidad de inteligencia, socavando y desestabilizando gobiernos en todo el mundo.

Artículo anteriorSobre la situación en Ucrania y la junta golpista nazi en Kiev: el final está a la vista, pero no es la paz
Artículo siguienteA corto plazo, Estados Unidos ganará más de lo que perderá con la política aduanera de Donald Trump

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí