Berlín, Alemania (Weltexpress). La economía de los Estados Unidos de América (EE. UU.) recibirá nuevos impulsos a corto plazo y ganará más de lo que perderá con la política arancelaria propuesta por el presidente estadounidense Donald Trump, dijo a TASS Thorsten Polleit, ex economista jefe de Degussa, la mayor empresa de comercio de metales preciosos de Europa, y profesor honorario de Ciencias Económicas en la Universidad de Bayreuth.

«Probablemente sería una buena idea que los estadounidenses sustituyeran el impuesto sobre la renta por aranceles a la importación, como propone Trump. Ganarán más de lo que pierden, al menos a corto plazo», dijo el experto, según el cual los efectos secundarios de una política de este tipo tendrán un impacto positivo en la economía estadounidense. En particular, el aumento de los costes de los productos importados hará que los productos estadounidenses sean más competitivos en términos de precios, y los fabricantes extranjeros podrían decidir trasladar su producción a Estados Unidos, lo que contribuirá al crecimiento del empleo en el país. En este contexto, la intención de la Administración Trump de conseguir los impuestos de sociedades más bajos del mundo es de gran importancia, añadió el economista. «En conjunto, esto aumenta el poder adquisitivo de los estadounidenses y da un nuevo impulso a la economía», resumió Thorsten Polleit.

Fox Business había informado previamente de que Trump había propuesto durante su discurso en Florida el 27 de enero de 2025 eliminar por completo el impuesto federal sobre la renta para devolver a los EE. UU. a la «época más rica» de su historia. «En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otras naciones, deberíamos imponer aranceles e impuestos a otras naciones para enriquecer a nuestros ciudadanos», dijo el presidente de los Estados Unidos. El 1 de febrero de 2025, Trump firmó una orden ejecutiva para introducir aranceles sobre productos procedentes de Canadá, China y México. Según el documento, se aplicarán aranceles del 25 % a las importaciones procedentes de México y Canadá (10 % a las materias primas energéticas canadienses). Más tarde, Trump suspendió su introducción durante un mes tras hablar por teléfono con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum y el primer ministro Justin Trudeau. Se aplicarán aranceles adicionales del 10 % a las mercancías procedentes de la República Popular China.

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