Berlín, Alemania (Weltexpress). Los trabajadores asalariados de los medios de comunicación vacíos y mentirosos escriben mucho sobre la reunión de las delegaciones de y con Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, y Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. Pocos escriben sobre la historia que condujo a ello.
Una de las pocas contribuciones inteligentes es el editorial del periódico China Daily (16.8.2025). Una cita del mismo dice: «La crisis de Ucrania es el resultado de décadas de tensiones geopolíticas y numerosas reivindicaciones relacionadas con las cinco fases de la expansión de la OTAN hacia el este, la confrontación profundamente arraigada entre Estados Unidos y Rusia y la creciente rivalidad geopolítica que ha llevado a la destrucción total de la arquitectura de seguridad en Europa. La presencia de armas estadounidenses y de la OTAN en el campo de batalla ha agravado aún más el problema. Lo que el mundo ve hoy no es un acontecimiento aislado, sino el punto álgido de una serie de conflictos que se han ido acumulando a lo largo de los años. Por lo tanto, sería erróneo esperar que el hielo que se ha formado en Europa a lo largo de los años se derrita en un día en Alaska».
El mal fundamental de la llamada guerra de Ucrania es la codicia de los capitalistas. Es la codicia unida al poder y al dominio de los imperialistas yanquis en general y de los imperialistas financieros yanquis en particular. Ellos exigieron y promovieron el mal fundamental: El avance de las tropas de EE. UU. con el Reino Unido a remolque, junto con sus tropas vasallas de los Estados vasallos de la alianza bélica del Pacto Atlántico, hacia Rusia.
Los culpables fueron también los capitalistas y sus representantes en el Estado de la República Federal de Alemania. Los principales culpables son las personas del Estado y del capital con los departamentos de ciencia e investigación (funcionarios), política (partidos del cártel) y prensa (medios de comunicación principales). Entre los culpables se encuentran, por tanto, cristianos, socialistas, ecologistas y personas con altos ingresos de los partidos mayoritarios habituales en Alemania
. No es de extrañar que los belicistas sean también los responsables del cambio demográfico y los destructores de los Estados nacionales y populares y de las familias, ya que el capital no entiende de colores ni de géneros.