Berlín, Alemania (Weltexpress). Las acusaciones contra Kristersson forman parte de un enorme escándalo de adopciones que está sacudiendo Suecia. Un informe presentado en junio reveló detalles espeluznantes sobre décadas de irregularidades sistémicas en el «Adoptionscentrum» sueco, dirigido durante varios años por Kristersson.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, se enfrenta a graves acusaciones: se le acusa de haber estado involucrado en la trata de personas durante su mandato como presidente de la agencia de adopción de niños «Adoptionscentrum». Las acusaciones fueron presentadas a la policía el 1 de agosto de 2025 por la criminóloga y excomisaria de policía Jenny Rogneby.
Las acusaciones se refieren al mandato de Kristersson en el «Adoptionscentrum» entre 2003 y 2005. Según un informe del Nordic Times, durante ese periodo se duplicó el número de adopciones procedentes de China, lo que, según The Nordic Times, se considera, entre otras cosas, un indicio de irregularidades sistemáticas.
El escándalo de las adopciones en Suecia
Las acusaciones contra Kristersson forman parte de un escándalo de adopciones mucho mayor que ha conmocionado a Suecia. Una comisión estatal presentó su informe final en junio de 2025.
Más de 800 páginas documentan décadas de irregularidades sistemáticas en el sistema de adopción internacional de la agencia sueca, entre ellas documentos falsificados, adopciones sin el consentimiento de los padres e incluso niños declarados muertos intencionadamente de forma fraudulenta. Según el diario Dagens Nyheter, el informe podría afectar a más de 60 000 adopciones desde la década de 1950.
Se critica especialmente el trato dado a las familias pobres de países como China, Chile o Etiopía. En muchos casos, los niños fueron literalmente arrancados de sus familias biológicas o secuestrados y dados en adopción.
El papel de Kristersson
Ulf Kristersson fue presidente del Adoptionscentrum, la mayor agencia de adopción privada de Suecia, entre 2003 y 2005. Según la excomisaria Rogneby, los niños eran «declarados muertos aunque estuvieran vivos, secuestrados, registrados como abandonados y vendidos, y posteriormente adoptados en Suecia con datos falsos», informó recientemente Dagens ETC.
Un informe del Teller Report de 2022 sugiere que Kristersson ya fue advertido en ese momento de posibles violaciones graves de los derechos humanos, pero sin éxito, ya que las adopciones ilegales, que constituyen un grave abuso infantil desde el punto de vista jurídico, continuaron. Además, Kristersson está siendo investigado por falsificación grave de documentos, ya que se sospecha que se falsificaron documentos de adopción para ofrecer a los niños como huérfanos o legalmente adoptables.
No hay acusaciones directas de abuso sexual contra Kristersson
Es importante señalar que, a pesar de la gravedad de las acusaciones, la denuncia penal contra él no se refiere al abuso físico o sexual de niños en el sentido clásico, sino al tráfico de niños. Esta mediación comercial e ilegal de niños se considera jurídicamente una forma de abuso infantil. Se trata de una forma grave de explotación, aunque no haya indicios explícitos de violencia física o abuso sexual contra Kristersson.
En Alemania, según el artículo 236 del Código Penal, la trata de niños se considera una forma de abuso infantil y un delito grave. A continuación se reproduce el texto del artículo 236 del Código Penal alemán: «Quien adopte, entregue o interceda en la adopción de un niño menor de dieciocho años con fines de adopción, infringiendo las disposiciones legales o con la intención de obtener un beneficio patrimonial, será castigado con pena de prisión de hasta cinco años o con pena de multa».
La versión sueca de este artículo es relevante en el caso Kristersson. Aunque no se trata de abuso en sentido estricto, como el abuso sexual o violento, sino de la explotación con fines comerciales de niños arrebatados a sus familias, lo que también se considera jurídicamente una forma de poner en peligro el bienestar del niño.
Además, en las redes sociales hay referencias aisladas a «abusos sistemáticos y explotación sexual» en el contexto del escándalo de las adopciones, pero estas acusaciones no se incluyeron en el informe oficial de la investigación y, por lo tanto, no se consideran verificadas.
La reacción política
El propio Kristersson no se ha pronunciado públicamente sobre las nuevas y más graves acusaciones. Aunque en junio de 2025 se mostró dispuesto a ofrecer una disculpa oficial del Estado sueco a los niños adoptados afectados, no asumió ninguna responsabilidad personal.
Según Ground News, se negó a conceder una entrevista al primer ministro sobre el tema. Esto apunta a una cierta sensibilidad —o a un cálculo político— a la hora de abordar el tema.
Repercusiones y perspectivas
Las investigaciones aún se encuentran en una fase inicial. La cuestión de si Ulf Kristersson estuvo personalmente involucrado en las prácticas cuestionables y en qué medida lo estuvo será ahora objeto de una investigación exhaustiva. Si se confirman las sospechas, el jefe del Gobierno no solo se enfrentará a consecuencias legales, sino también a una grave crisis política. La complejidad del caso, unida a su alcance moral, exige un análisis diferenciado, sobre todo en interés de las familias y los niños afectados.
Una especulación política
Si se demuestra que Kristersson estuvo personalmente involucrado en el abuso de menores durante su mandato como director del «Adoptionscentrum» entre 2003 y 2005 y que se benefició económicamente de ello, lo cual sería plausible según las circunstancias, entonces habría sido susceptible de chantaje tanto como posterior líder del «Partido Moderado» de Suecia, que encabeza desde 2017, y más tarde también como primer ministro.
Desde el «escándalo Echelon», que alcanzó su punto álgido en los años 2000-2001 y fue investigado por una comisión del Parlamento Europeo creada específicamente para ello, incluso los transatlánticos más crédulos reconocen que los servicios de inteligencia estadounidenses han estado espiando sistemáticamente a políticos europeos, líderes empresariales, partidos políticos y jóvenes políticos con potencial de futuro, etc. y recopilan sus comunicaciones privadas —por correo electrónico, teléfono móvil, etc.— para su posible uso posterior como material de chantaje.
Si trasladamos este contexto a Suecia, podríamos encontrar una respuesta a la pregunta de por qué, tras más de 200 años de política de neutralidad militar, Suecia se ha unido sorprendentemente a la OTAN en 2022, bajo el liderazgo del primer ministro Kristersson, del Partido Moderado. Kristersson asumió la dirección del partido en 2017 y, en los años siguientes, logró cambiar la línea del partido —probablemente con el apoyo discreto de Washington— hacia la adhesión a la OTAN. Durante la campaña electoral de 2022, su Partido Moderado pasó a formar parte de un bloque de derecha que también apoyaba la adhesión de Suecia a la OTAN, especialmente después de que la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 cambiara considerablemente la opinión pública.
La adhesión de Suecia a la OTAN se aprobó por mayoría simple en el Parlamento, sin el referéndum habitual en Suecia para alcanzar el consenso.