¿Quién está detrás del segundo gobierno de Trump? (Parte 3/3)

Donald Trump en la pared de un edificio en Las Vegas. © Münzenberg Medien, lugar y fecha de la toma: noviembre de 2024 en Las Vegas, estado de Nevada, EE. UU.

Berlín, Alemania (Weltexpress). El núcleo del poder de Peter Thiel, partidario y generoso donante de la campaña electoral de Donald Trump, reside en «Palantir Technologies», un gigante de los datos con un alcance y una influencia inimaginables, así como estrechos vínculos con los servicios secretos de muchos países.

Palantir, de Peter Thiel, se ha convertido en uno de los actores más influyentes en el ámbito de los servicios secretos globales y el análisis de datos. Con sus avanzadas plataformas de software —Gotham, Foundry, Apollo y AIP—, la empresa ha asumido un papel central en la vigilancia y el análisis modernos. Con esta fortaleza tecnológica, combinada con la influencia global decisiva del gigante de los datos, las conexiones políticas de Palantir llegan inevitablemente hasta las más altas esferas del Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, todo esto se desarrolla lejos de la vista del público, y la mayoría de la gente apenas entendería los procesos tecnológicos, los contextos y las implicaciones.

Superioridad tecnológica y importancia estratégica

Las plataformas de Palantir, en particular Gotham, están diseñadas para integrar enormes cantidades de datos heterogéneos y convertirlos en información útil. Gotham puede combinar datos no estructurados, como correos electrónicos, informes de vigilancia y redes sociales, con datos estructurados, como documentos financieros. Su análisis predictivo basado en IA, su análisis de datos geográficos y sus herramientas de toma de decisiones en tiempo real permiten a los servicios de inteligencia, entre otras cosas, identificar posibles amenazas, rastrear personas y optimizar operaciones. Según algunos informes, el software de Palantir desempeñó un papel importante en la localización de Osama bin Laden, al analizar datos sobre redes de mensajería. Sin embargo, los detalles siguen siendo secretos.

Las plataformas de Palantir son herramientas estratégicas que centralizan y estandarizan los procesos de los servicios de inteligencia. Al eliminar los silos de datos, fomentan la colaboración entre organismos como la CIA, el FBI, la NSA y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, lo que ha contribuido a superar la fragmentación de los servicios de inteligencia estadounidenses tras el 11 de septiembre de 2001. Funciones como el «registro inalterable», que supervisa todas las acciones de los usuarios, garantizan el manejo seguro de datos sensibles, lo que hace que Palantir sea atractivo para entornos estrictamente regulados o secretos.

Alcance global y contratos gubernamentales

La influencia de Palantir se extiende mucho más allá de los Estados Unidos, con contratos en numerosos países y sectores. En Estados Unidos, Palantir es un socio clave de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos (USIC), el Departamento de Defensa y el Departamento de Seguridad Nacional, incluida la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), donde sus herramientas apoyan medidas controvertidas como la vigilancia de inmigrantes. En 2025, Palantir se adjudicó contratos federales estadounidenses por valor de miles de millones de dólares, incluido un contrato de 795 millones de dólares con el Departamento de Defensa. En 2024, Palantir obtuvo unos ingresos de 1200 millones de dólares procedentes de contratos con el Gobierno estadounidense.

A nivel internacional, la aduana noruega utiliza Gotham para controlar a los viajeros y los vehículos mediante la integración de datos de más de 30 bases de datos públicas, redes sociales e informes de los servicios de inteligencia.

En Ucrania, Palantir lleva desde 2023 apoyando al ejército con unidades Skykit y analizando imágenes de satélites y drones, y su director ejecutivo, Alex Karp, fue el primer gran empresario estadounidense en reunirse con el presidente Volodímir Zelenski tras el inicio de la operación especial rusa a principios de 2022.

El trabajo de Palantir con el ejército israelí ha ampliado su huella global. Sin embargo, su trabajo predictivo con la policía israelí, con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial desde 2017, ha suscitado controversia sobre su papel en el conflicto entre Israel y Hamás en 2023.

Los contratos con el Servicio Nacional de Salud británico (NHS) para la gestión de datos en el marco de las medidas ilegales contra la COVID-19 también demuestran la versatilidad de Palantir en aplicaciones civiles.

Esta presencia global convierte a Palantir en un actor indispensable en el trabajo de inteligencia moderno, con plataformas profundamente integradas en las infraestructuras de seguridad nacional. Los contratos multimillonarios subrayan su poder económico y estratégico, que hace que gobiernos enteros dependan de su tecnología. Esto nos lleva inevitablemente a la influencia política de la red de Thiel.

Influencia política

El papel de Peter Thiel como cofundador y importante donante del Partido Republicano refuerza el poder de Palantir a través de sus conexiones políticas. El apoyo de Thiel a figuras como el vicepresidente JD Vance y sus donaciones (1,25 millones de dólares a la campaña de Trump en 2016) alinean a Palantir con las prioridades del actual Gobierno de Estados Unidos, como el procesamiento centralizado de datos y el control de la inmigración. La participación de los protegidos de Thiel, entre ellos Elon Musk y antiguos empleados de Palantir en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), apunta a una influencia tecnocrática en la política, en la que Palantir se beneficia de contratos gubernamentales y de una menor supervisión.

En círculos relevantes incluso circula la versión de que Palantir es un «puesto avanzado de la CIA» o una continuación privatizada de programas como Total Information Awareness (TIA). Aunque estas afirmaciones no están claramente demostradas, las primeras inversiones de la filial de la CIA en «In-Q-Tel» y otros estrechos vínculos con los servicios secretos estadounidenses refuerzan la percepción de que Palantir forma parte de las estructuras de poder del Estado. La influencia de Thiel, junto con el dominio tecnológico de Palantir, crea una retroalimentación en la que el poder político y el económico se refuerzan mutuamente.

Controversias éticas y preocupaciones sobre la privacidad

El poder de Palantir se vería considerablemente limitado por cuestiones éticas y de privacidad, si estas restricciones pudieran aplicarse. Sin embargo, el interés de las agencias gubernamentales en los resultados de Palantir garantiza que gran parte de su actividad quede fuera de cualquier control o supervisión, y que las autoridades policiales y judiciales hagan la vista gorda.

El trabajo de Palantir con el ICE (Control de Inmigración), su labor policial predictiva con la policía y el ejército israelíes ha suscitado críticas por parte de defensores de la privacidad, grupos pacifistas y organizaciones de derechos civiles estadounidenses como la ACLU, que advierten contra la vigilancia masiva y las violaciones de derechos.

Las herramientas de Palantir permiten, por ejemplo, que el ICE lleve a cabo redadas en lugares de trabajo y deportaciones sin órdenes judiciales, utilizando datos de centros de fusión y corredores comerciales.

Los sistemas policiales predictivos han sido acusados de reforzar los prejuicios y los problemas sistémicos en la aplicación de la ley. La policía predictiva utiliza análisis de datos, algoritmos y aprendizaje automático para predecir dónde y cuándo es probable que se produzcan delitos o quiénes podrían estar involucrados. Se basa en datos históricos sobre delincuencia, factores socioeconómicos y patrones como la hora, el lugar o la demografía para identificar «puntos conflictivos» o posibles delincuentes. Las fuerzas policiales utilizan esta información para asignar recursos, priorizar patrullas o intervenir antes de que se produzcan los delitos.

En el ámbito civil, el trabajo de Palantir con el Servicio de Impuestos Internos (IRS), que utiliza modelos de IA para supervisar las actividades financieras, suscita temores de vigilancia «militar». Los críticos argumentan que las plataformas desarrolladas por Palantir para fines antiterroristas alteran el equilibrio de poder entre los ciudadanos y el Estado cuando se aplican a las autoridades civiles. Antiguos empleados han expresado su preocupación por un posible uso indebido y han comparado la tecnología con herramientas que pueden servir a regímenes autoritarios.

Palantir defiende su trabajo y hace hincapié en la seguridad de sus plataformas y el cumplimiento normativo, y su director ejecutivo, Alex Karp, argumenta que sus herramientas promueven la eficiencia y la democracia. Sin embargo, la falta de supervisión pública y la opacidad de sus operaciones alimentan la desconfianza, especialmente porque Palantir acumula cantidades de datos sin precedentes y obtiene una autoridad cuasi estatal sobre los flujos de información.

Privatización de funciones de inteligencia

La narrativa oficial presenta a Palantir como una herramienta indispensable para la seguridad nacional, que refuerza las capacidades de los servicios de inteligencia y apoya operaciones críticas. Sin embargo, esta narrativa oculta las implicaciones de la privatización de las funciones de los servicios de inteligencia. El papel de Palantir como empresa privada que controla enormes bases de datos plantea cuestiones de responsabilidad, ya que está sujeta a menos control legal que las agencias gubernamentales. La concentración de poder en una sola entidad, especialmente con conexiones con la red política de Thiel, conlleva el riesgo de que una élite tecnocrática influya en la política más allá del control democrático.

Aunque están documentadas las contribuciones de Palantir a la lucha contra el terrorismo y la integración de datos, las afirmaciones sobre su papel en operaciones como la caza de Bin Laden siguen sin confirmarse y podrían ser exageradas. La narrativa de Palantir como contratista neutral y orientado a la eficiencia se ve cuestionada por aplicaciones controvertidas, como la policía predictiva o la vigilancia de la inmigración, que coinciden con agendas políticas específicas. El poder de Palantir es indiscutible. Pero en lugar del supuesto refuerzo de la seguridad nacional y la eficiencia, los críticos advierten con razón de un estado de vigilancia que Palantir está fomentando.

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