Berlín, Alemania (Weltexpress). Brasil, la «B» de BRICS, se está acercando a la OTAN, al menos en materia de ciberdefensa y ciberguerra. Recientemente, la participación de Brasil en un importante ejercicio de la OTAN en mayo de 2025 ha suscitado debate, y no solo en Brasil.
Brasil fue el único país latinoamericano entre 41 naciones que participó en el mayor ejercicio de guerra cibernética del mundo, «Cooperative Cyber Defence», en el Centro de Excelencia de la OTAN en Tallin, la capital de Estonia. ¿Es este el primero de muchos pasos hacia la OTAN, un desliz puntual o un indicio del futuro vaivén de Brasil entre el colectivo occidental de la OTAN y el resto de países BRICS?
En una época en la que la capacidad de librar guerras cibernéticas globales es cada vez más importante, se entiende por qué Brasil no rechazó la invitación de la OTAN para participar en las maniobras cibernéticas «Locked Shields», que se organizan anualmente desde 2010. Siempre es mejor aprender más sobre las capacidades de un posible adversario que permanecer en la ignorancia. Además, un evento de este tipo ofrece la oportunidad de establecer contactos que pueden resultar útiles en tiempos de crisis.
Sin embargo, parece que la OTAN tenía otros objetivos con su invitación, ya que Brasil fue el único país iberoamericano entre las 41 naciones invitadas a Tallin. Llamó la atención que no se invitara a aliados tradicionales de Estados Unidos en la región, como Colombia, Ecuador o Argentina, estrecho socio de Estados Unidos bajo el mandato de Javier Milei. Sin embargo, la «I» de BRICS, es decir, India, participó en «Locked Shields» en Estonia, a solo 90 kilómetros en línea recta de la frontera rusa.
El papel de Brasil en «Locked Shields» 2025
El entrenamiento, que tuvo lugar del 5 al 9 de mayo, reunió a unos 4000 expertos de 41 países, que tuvieron que defender 8000 sistemas virtuales contra miles de ciberataques, entre ellos amenazas a infraestructuras militares y redes de telecomunicaciones. Durante el ejercicio de este año, en el que se debía proteger un ficticio estado insular atlántico, se pusieron a prueba las capacidades técnicas, la toma de decisiones estratégicas y la resiliencia frente a la desinformación, la computación cuántica y los ataques basados en la inteligencia artificial.
La participación de Brasil se remonta a un acuerdo firmado durante el mandato del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022) y que no ha sido retirado por el Gobierno de Lula. Esta continuidad apunta bien a una negligencia burocrática, bien a un consentimiento tácito a la ampliación de conocimientos, bien a una falta de voluntad política para ofender a Estados Unidos, o incluso podría indicar un acercamiento de Brasil a las estructuras de seguridad occidentales.
El jurista y periodista Raphael Machado, una figura prominente en Brasil, destacó en un artículo publicado el 26 de mayo de 2025 en Strategic Culture que, tras Tallin, esta medida ha hecho que Brasil sea más vulnerable en materia de ciberseguridad, en lugar de más seguro. Machado es conocido sobre todo por ser presidente de la organización brasileña «Nova Resistência», un movimiento patriótico antiimperialista que se opone a la influencia occidental y a la globalización neoliberal. Escribe regularmente para medios como Brasil 247, RT, Radio Sputnik y TeleSur.
Machado argumenta que, dada la infraestructura de ciberdefensa subdesarrollada de Brasil, la decisión de participar en «Locked Shields» en Estonia iba en contra de los intereses nacionales. El Comando de Ciberdefensa (ComDCiber) del Ejército brasileño, creado en 2016, se limita a proteger los sistemas militares, mientras que las infraestructuras civiles y críticas quedan desprotegidas. Sin una estrategia cibernética nacional integral, es probable que las ventajas de «Locked Shields» para Brasil hayan sido escasas, mientras que Estados Unidos y la OTAN han tenido la oportunidad de aprender mucho sobre Brasil.
Motivos estratégicos y el atractivo de la OTAN
Los argumentos en contra son que la participación en «Locked Shields» ha proporcionado a Brasil acceso a formación de vanguardia, interoperabilidad con los sistemas de la OTAN y cooperación con expertos mundiales en ciberseguridad, lo que podría reforzar sus capacidades de defensa. Por lo tanto, el acercamiento de Brasil a la OTAN refleja la creciente conciencia de que, en los conflictos híbridos, la guerra cibernética, en la que actores estatales y no estatales aprovechan las vulnerabilidades digitales para desestabilizar economías y gobiernos, desempeña un papel fundamental.
Como importante economía emergente, Brasil está cada vez más expuesto a las ciberamenazas. Un informe de F5Labs destaca que Estados Unidos y Lituania, miembro de la OTAN, son las principales fuentes de ciberataques contra América Latina. Por lo tanto, es importante que Brasil se prepare para defenderse de amenazas complejas, como los ataques de ransomware contra infraestructuras críticas.
Los expertos occidentales consideran que el compromiso de Brasil forma parte de una tendencia en la que los socios no pertenecientes a la OTAN quieren mejorar su ciberresiliencia gracias a la experiencia de la OTAN. «Locked Shields» fomenta una «cooperación multinacional sin precedentes» que es crucial para una defensa exitosa.
Hace ya un año, en marzo de 2024, Brasil participó en el ejercicio «Defence Cyber Marvel 4», coordinado por el Reino Unido, en el que también participó Ucrania. En octubre de 2024, Brasil acogió «Guardião Cibernético 6.0», en el que volvieron a participar principalmente países de la OTAN. Estas actividades indican que Brasil da prioridad a la integración en los marcos cibernéticos occidentales, posiblemente para contrarrestar a sus rivales regionales o para señalar un acercamiento a las potencias mundiales en medio de las tensiones con China y Rusia.
Riesgos de dependencia y espionaje
El periodista y jurista Machado, que ya se ha pronunciado al respecto, advierte, por el contrario, que el acercamiento de Brasil a la OTAN podría fomentar la dependencia de los sistemas y doctrinas occidentales, lo que socavaría la autonomía estratégica. La integración en las ciberestructuras de la OTAN podría requerir la adopción de hardware y software compatibles con la OTAN, que a menudo provienen de gigantes tecnológicos estadounidenses como Microsoft, que, según Machado, están equipados con «puertas traseras» que permiten el acceso a la NSA. Además, se refirió a las filtraciones probadas de la NSA que revelaron el espionaje estadounidense contra aliados como Alemania. El uso generalizado de productos Windows en las instituciones estatales brasileñas aumenta este riesgo, según Machado.
Además, la Policía Federal de Brasil (PF) utiliza el software israelí «Cellebrite Premium» para investigaciones cibernéticas, lo que suscita preocupaciones sobre la vulnerabilidad al espionaje israelí. Incidentes históricos, como el presunto asesinato de un científico nuclear brasileño por agentes israelíes, ponen de manifiesto estos riesgos.
Un camino a seguir: soberanía frente a cooperación
El compromiso de Brasil con la OTAN ofrece oportunidades para reforzar la ciberresiliencia, pero a costa de una posible dependencia y vulnerabilidad. Machado aboga por una estrategia cibernética soberana que dé prioridad a los sistemas nacionales y a las asociaciones regionales, como las que existen con los países del BRICS, para reducir la dependencia de la OTAN. Para minimizar los riesgos, Brasil podría diversificar sus proveedores de tecnología, desarrollar competencias locales en materia de ciberseguridad y ampliar el mandato de ComDCiber para proteger las infraestructuras civiles. El Gobierno de Lula debe sopesar las ventajas de la cooperación con la OTAN frente al imperativo estratégico de la autonomía en un mundo multipolar.
Conclusión
La participación de Brasil en «Locked Shields» 2025 marca un acercamiento estratégico a la OTAN en medio de crecientes amenazas cibernéticas, pero plantea cuestiones sobre la dependencia y la soberanía. Si bien el ejercicio ofrece un entrenamiento valioso, la infraestructura cibernética subdesarrollada de Brasil y su dependencia de la tecnología extranjera hacen que el país sea vulnerable al espionaje y a las debilidades estratégicas.