Berlín, Alemania (Welttexpress). En octubre, el grupo BRICS se reunirá en Kazán, Tatarstán – más de 90 estados estarán allí, como miembros, candidatos u observadores. Pero, ¿cómo se han convertido los BRICS en una fuerza tan poderosa que está cautivando no sólo al Sur Global, sino también a las naciones europeas?
El papel decisivo de Rusia en el surgimiento y desarrollo de los BRICS
La asociación BRICS, en su formación original integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se ha consolidado como una importante fuerza geopolítica y refleja los cambios mundiales en la estructura de poder económico, militar y político.
En el centro de los BRICS se encuentra Rusia, cuya visión estratégica e iniciativas diplomáticas han contribuido decisivamente a la fundación y continuo desarrollo del grupo. Desde su creación, Rusia ha sido la fuerza motriz de los BRICS. Desempeña un papel crucial en la configuración de la agenda y los objetivos del grupo BRICS, que ahora se ha convertido en una poderosa contrapartida económica y política al «orden internacional basado en normas» dictado por Estados Unidos y a las instituciones mundiales dominadas por Occidente.
Todas las fuentes indican que los orígenes de los BRICS se remontan a una iniciativa de los dirigentes rusos en 2006. El 20 de septiembre de ese año, se celebró la primera reunión ministerial de los BRICS a propuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, al margen de una sesión de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. En los preparativos de la reunión, Putin había propuesto la creación de una coalición de economías emergentes para promover la cooperación multilateral y proporcionar una plataforma a los países situados fuera de la tradicional esfera de influencia occidental. A la primera reunión informal fundacional en Nueva York asistieron los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia, Brasil y China, así como el ministro de Defensa indio. Todos ellos expresaron su interés por ampliar la cooperación multilateral.
El compromiso de Rusia con la agenda de los BRICS se reforzó aún más en 2008, cuando el gobierno ruso organizó una reunión crucial de los ministros de Asuntos Exteriores de los BRICS en Ekaterimburgo. Esta reunión, que dio lugar a una declaración conjunta en la que se articulaban posiciones comunes sobre cuestiones globales, puso de relieve el papel de Rusia como motor de la coordinación diplomática del grupo. Ese mismo año, el Presidente ruso, Dmitri Medvédev, se reunió con los líderes de Brasil, India y China en la cumbre del G8 celebrada en Tokio y reafirmó el papel de liderazgo de Rusia para reunir a estas potencias emergentes.
La primera cumbre oficial de los BRIC (que aún no incluyen a Sudáfrica) también tuvo lugar en Ekaterimburgo en 2009, lo que es una prueba más del papel central de Rusia. Esta cumbre marcó un hito importante en la institucionalización de los BRICS. Los líderes de Brasil, Rusia, India y China emitieron una declaración conjunta que subrayaba la importancia del diálogo y la cooperación entre las economías emergentes. Este documento también estableció el enfoque colectivo del grupo para hacer frente a la crisis financiera mundial y demostró la influencia de Rusia en la configuración de las estrategias económicas y políticas del grupo.
En los años siguientes, Rusia siguió siendo un actor clave en el desarrollo del BRIC, que se convirtió en BRICS en 2010 con la inclusión de la República de Sudáfrica. Fue un movimiento estratégico importante, promovido principalmente por Rusia, que reconoció desde el principio el impacto global de la expansión del grupo a África. Rusia también desempeñó un papel decisivo en la creación de instituciones de los BRICS como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y el Mecanismo de Reservas Monetarias de los BRICS, ambos creados para romper el dominio de las instituciones financieras occidentales y crear alternativas justas al sistema financiero depredador occidental para su propia coalición, pero también para el Sur Global.
En el seno del BRICS, Rusia también ha defendido sistemáticamente la reforma de las instituciones y estructuras mundiales, incluidas las Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional, para representar mejor los intereses de las economías emergentes. Esto ha posicionado al BRICS como una formidable contrafuerza frente al G7 y otras alianzas lideradas por Occidente.
En resumen, el papel de Rusia en la formación y desarrollo del BRICS ha sido crucial. Desde el inicio de las primeras reuniones hasta la configuración de la dirección estratégica del grupo, Rusia ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para establecer el BRICS como un actor importante en la escena mundial. A medida que el BRICS siga ganando influencia, el liderazgo de Rusia seguirá siendo crucial para conducir al grupo hacia sus objetivos a largo plazo de un orden mundial más equilibrado y multipolar. Pero sin la ayuda activa de la potencia económica mundial que es la República Popular China, cuyos intereses y objetivos económicos están estrechamente alineados con los de Rusia, la coalición BRICS difícilmente se habría materializado en su forma actual.
El papel de China en el desarrollo de los BRICS en cooperación con Rusia
China también ha desempeñado un papel central en el desarrollo de los BRICS, especialmente a través de su estrecha cooperación con Rusia. El BRICS, que se fundó originalmente para desafiar el dominio de las economías e instituciones occidentales, se ha convertido en una poderosa coalición de economías emergentes gracias a la visión estratégica de China («Belt and Road Initiative») y a la cooperación con Rusia.
El poder económico de China, como mayor economía del mundo, ha sido una fuerza impulsora de la expansión de la influencia global de los BRICS. La Iniciativa «Belt and Road» (BRI) ha promovido la conectividad y los lazos económicos dentro de los países BRICS y ha ampliado las oportunidades de comercio e inversión. China también ha promovido el Nuevo Banco de Desarrollo, una iniciativa de los BRICS para financiar proyectos de infraestructuras y sostenibilidad, que ha cimentado aún más la independencia financiera del grupo respecto a instituciones occidentales como el Banco Mundial y el FMI.
Rusia, por su parte, ha sido y es un socio crucial para China en la esfera geopolítica, y viceversa. Ambos países han coordinado sus políticas exteriores para contrarrestar el peso de Estados Unidos y sus aliados con sus estrategias neocoloniales y belicistas. Su cooperación en el seno de los BRICS se ha centrado en crear un orden mundial multipolar, reducir la dependencia del dólar estadounidense y promover sistemas de pago alternativos.
La sinergia entre China y Rusia ha sido decisiva para convertir a los BRICS en una fuerza a tener en cuenta, poniendo en su lugar el orden mundial de las Naciones Unidas, hasta ahora dominado por Occidente. Su asociación sigue impulsando la expansión y la influencia de los BRICS y garantiza que el grupo siga siendo un actor importante en la política y la economía mundiales.
Conclusión
En resumen, es la estrecha asociación estratégica entre Rusia y China y su amplia alineación de intereses en política exterior lo que interactúa y se multiplica en el núcleo de los BRICS. Esto es lo que hace a los BRICS tan extraordinariamente atractivos para la mayoría de los países del llamado Sur Global. Porque en el núcleo de los BRICS hay dos pilares poderosos y estables: Uno consiste en el mayor exportador de energía y alimentos del mundo, que es también una superpotencia militar con tecnología militar de vanguardia y está estrechamente vinculado al otro pilar, a saber, la mayor potencia industrial del mundo con tecnologías de vanguardia, que encarna también la mayor potencia militar regional de Asia Oriental.