Crecientes dudas sobre la proyección de poder de EE.UU. en las zonas marítimas en torno a China

Leviatán de los Estados Unidos de América. © CC por US Navy

Berlín, Alemania (Weltexpress). Los informes sobre tres éxitos militares-tecnológicos pioneros en China atrajeron la atención la semana pasada, especialmente en EEUU. Al mismo tiempo, es probable que los informes hayan suscitado entre los vasallos de EEUU en la región la pregunta secreta de hasta qué punto sería fiable la promesa de protección de EEUU, inflada propagandísticamente, en caso de emergencia, o si no sería mejor llegar a un acuerdo con China.

Titulares alarmistas como «La innovación china en refrigeración hipersónica calienta a Estados Unidos», «El submarino con misiles furtivos de China es la clave de la victoria en la guerra de Taiwán» o «El buque de guerra chino equipado con láser aviva las tensiones en el Pacífico» recorrieron la semana pasada los medios de comunicación prooccidentales del sudeste y el este de Asia. En Europa, donde la principal preocupación de las élites gobernantes sigue siendo su propio ombliguismo, prácticamente no se ha informado de nada de esto. Sin embargo, en el contexto de las ambiciones de la UE y la OTAN de sembrar la discordia y alimentar la amenaza de guerra junto a los alborotadores estadounidenses en el llamado «Indo-Pacífico», estos informes son ciertamente significativos. Al fin y al cabo, China ya no es un país en desarrollo y está decidida a contraatacar.

Por tanto, los estrategas europeos no deberían dejarse cegar por la propaganda estadounidense de su dominio militar-tecnológico y no deberían subestimar los avances científico-militares de los chinos. Esto se aplica en particular al aspirante a comandante de campo alemán Boris Pistorius, que por su parte parece decidido a enviar unidades de buques de su técnicamente atrasada marina alemana al Mar del Sur o del Este de China en la próxima crisis en Extremo Oriente instigada por Washington.

Como vasallo obediente, Pistorius quiere mostrar sus colores junto al hegemón de Washington. Sin embargo, debería saber que sus soldados no volverán de semejante misión suicida contra China en caso de emergencia. La República Popular China hace tiempo que dejó atrás su siglo de humillaciones y ahora no sólo es la mayor potencia industrial del mundo, sino que además produce más artículos científicos y solicitudes de patentes que Estados Unidos y Europa juntos. Sin embargo, es dudoso que Pistorius y compañía, con su arrogancia alemana, saquen de ello las conclusiones correctas.

Una idea, aunque vaga, de lo que espera a los marines alemanes en las batallas navales de alta tecnología del futuro en el «Indo-Pacífico» fue descrita la semana pasada por el diario en lengua inglesa Asia Times, conocido en toda Asia y muy leído más allá de su lugar de publicación, en una serie de reportajes y análisis, que se analizan a continuación.

1 El gran avance chino en refrigeración hipersónica: un punto de inflexión en la defensa mundial

China acaba de desvelar un importante avance en tecnología hipersónica que podría cambiar el equilibrio en la carrera armamentística mundial. Un equipo de investigadores dirigido por Li Shibin, de la Universidad Nacional de Ingeniería de Defensa, ha desarrollado un innovador sistema de refrigeración que gestiona eficazmente el calor extremo generado durante los vuelos hipersónicos. Este avance es crucial para mantener los vuelos hipersónicos durante periodos de tiempo más prolongados, lo que podría incluso permitir futuros viajes de un lado a otro de la Tierra en cuestión de horas.

El nuevo sistema de refrigeración, del que informó detalladamente el South China Morning Post (SCMP), funciona hasta dos horas y media, lo que supone una notable mejora respecto a tecnologías anteriores. Utiliza la energía térmica del calentamiento aerodinámico para alimentar un circuito de refrigeración activo que garantiza el funcionamiento seguro de los componentes críticos en las intensas condiciones del vuelo hipersónico. Esta tecnología, con su potencial impacto en aplicaciones militares y civiles, podría dar a China una ventaja en la carrera por desarrollar sistemas de armas de nueva generación y aviones de alta velocidad.

La búsqueda de capacidades hipersónicas por parte de China forma parte de un esfuerzo más amplio por alcanzar y superar a Estados Unidos y Rusia en este campo tan competitivo. La presentación del DF-17, el primer misil hipersónico de planeo del mundo, en 2019 fue un hito significativo. Ahora, según los informes, los científicos chinos están trabajando en un vehículo de planeo hipersónico (HGV) que puede alcanzar velocidades superiores a Mach 15, utilizando una «trayectoria de salto» que mejora el alcance y la maniobrabilidad. Esta aeronave ampliará y mejorará significativamente la capacidad de ataque de China tanto en operaciones regionales como globales.

Sin embargo, el desarrollo de armas hipersónicas no está exento de dificultades. El calor extremo que se genera a velocidades superiores a Mach 5 es un obstáculo importante. Estados Unidos debe superar retos similares y embarcarse en la construcción de nuevas instalaciones de pruebas hipersónicas, como los túneles de viento Mach 6 y Mach 10 de la Universidad de Notre Dame y el proyectado túnel de viento Mach 10 de una milla de longitud de la Universidad A&M de Texas. El objetivo de estos esfuerzos es resolver los problemas de gestión térmica críticos para la capacidad operativa de las armas hipersónicas, y Estados Unidos aún se encuentra en las primeras fases.

Al mismo tiempo, el programa hipersónico estadounidense está plagado de disputas internas, aparentemente sobre diferentes enfoques tecnológicos, pero en realidad sobre qué grupo recibe el dinero para el desarrollo. La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés) puso de manifiesto estos problemas en un informe de julio de 2024, en el que concluía que el Departamento de Defensa (DOD, por sus siglas en inglés) a menudo pasaba por alto importantes comentarios sobre el diseño y confiaba demasiado en las opiniones expertas de los grupos de presión.

En medio de estos acontecimientos, Estados Unidos y Australia han anunciado una iniciativa conjunta de producción de misiles hipersónicos. Esta asociación, que forma parte de la alianza más amplia AUCUS (Australia + Reino Unido + Estados Unidos – Alianza para el Pacífico), pretende contrarrestar la creciente amenaza hipersónica de China y Rusia. La cooperación pretende reforzar la seguridad regional y reducir la presión sobre la industria de defensa estadounidense, que se esfuerza por seguir el ritmo de las exigencias de la guerra moderna. Esto último es algo que debería sacudir hasta la médula a cualquier estratega que apueste por el futuro dominio estadounidense.

El revolucionario avance de China en la refrigeración hipersónica representa un momento crucial en la actual carrera armamentística mundial. Mientras China sigue ampliando los límites de lo posible, Estados Unidos y sus aliados luchan por seguirle el ritmo, preparando el escenario para una nueva era de competición militar de alta velocidad y alto riesgo.

2 El buque de guerra chino armado con láser aumenta las tensiones en el Pacífico

En lo que EE.UU. y Occidente consideran una «maniobra provocadora», China ha modernizado recientemente un buque de guerra anfibio Tipo 071 de última generación llamado Ziming Shan con un sistema láser de última generación. Esto supone un salto significativo en las capacidades marítimas chinas y, en opinión de los medios de comunicación occidentales, exacerba las tensiones en la ya inestable región del Pacífico. La instalación de esta avanzada arma láser señala también la pujanza de China en sistemas de defensa basados en la energía, una tendencia que se refleja en los esfuerzos similares de Estados Unidos y otras grandes potencias.

Se dice que la nueva arma láser, que permanece oculta a miradas indiscretas, es capaz de repeler vehículos aéreos no tripulados (UAV) y enjambres de pequeñas embarcaciones. También podría tener capacidades antideslumbrantes, cegando los sensores y buscadores enemigos y ofreciendo así una ventaja estratégica en las batallas navales. El arma está alojada bajo una cubierta en forma de cúpula en el buque, justo detrás del cañón de 76 milímetros de la proa, y ofrece un atisbo de la ambiciosa tecnología de guerra naval china.

Este desarrollo no es sólo un avance tecnológico, sino también estratégico. Refleja las lecciones aprendidas por los científicos militares chinos en conflictos recientes, como la guerra en curso en Ucrania y los ataques hutíes en el Mar Rojo, en los que los vehículos de superficie no tripulados (USV) y los drones desempeñan un papel crucial. La guerra de Ucrania, en particular, ha demostrado la eficacia de los vehículos aéreos no tripulados para causar daños significativos a las principales fuerzas navales, una lección que no se le ha escapado a China a medida que actualiza su arsenal naval.

Las implicaciones estratégicas del arma láser china son profundas, en parte porque socavan la confianza de los vasallos de Estados Unidos en su primera potencia, que también va a la zaga en este ámbito tecnológico. Con los aliados de EEUU en la región, entre ellos Taiwán y Filipinas, ante la perspectiva de tener que luchar junto a Washington contra las crecientes capacidades tecnológicas del ejército chino, la necesidad de contra-tecnologías eficaces es cada vez más urgente. Pero aparte de las buenas palabras, las promesas estadounidenses siguen siendo vacías.

Taiwán, por ejemplo, también ha aprendido la lección de los éxitos de Ucrania contra las fuerzas navales rusas. Por ejemplo, ha incrementado la producción de USV para llevar a cabo ataques kamikaze contra buques más grandes con estas embarcaciones no tripuladas de bajo coste y gran autonomía. Pero el funcionamiento de las armas láser en los buques de guerra chinos podría anular rápidamente esta supuesta ventaja.

Estados Unidos lleva mucho tiempo trabajando en sus propias armas basadas en la energía. Sin embargo, los avances han sido extremadamente lentos y se han visto obstaculizados por la falta de un mercado comercial de potentes láseres capaces de disparar misiles a varios kilómetros de distancia. A pesar de la introducción de sistemas experimentales como el Optical Dazzling Interdictor Navy (ODIN) y el High Energy Laser with Integrated Optical-dazzler and Surveillance (HELIOS), la US Navy sigue luchando por encontrar una solución fiable y, lo que es más importante, rentable a las crecientes amenazas de drones y misiles.

3 El submarino furtivo chino: un punto de inflexión en la batalla por Taiwán

La reciente botadura de un avanzado submarino no nuclear por parte de China marca otra escalada crítica desde la perspectiva estadounidense en la búsqueda por parte de China de la superioridad submarina en sus aguas territoriales o frente marítimo, especialmente en las aguas del estrecho de Taiwán y el mar de la China Meridional, cada vez más surcadas por buques de guerra estadounidenses. Este submarino, que salió de un astillero chino en Wuhan en abril de 2024, representa un salto significativo en las capacidades marítimas de China, según los expertos navales, y subraya el enfoque estratégico del país en el sigilo y la potencia de fuego.

El experto estadounidense Tom Zugart, por ejemplo, ha identificado el submarino como una versión más grande y avanzada del Tipo 039C de clase Yuan. La característica más llamativa de este nuevo buque es la posible integración de un sistema de lanzamiento vertical (VLS) de misiles, una rareza en los submarinos no nucleares. Esta incorporación podría permitir al submarino lanzar misiles balísticos antibuque o misiles terrestres, lo que aumentaría significativamente su potencial de combate. De confirmarse, esta capacidad supondría un cambio significativo en el alcance operativo y la eficacia de la fuerza submarina convencional china.

El diseño del submarino, con innovadores timones en forma de X, sugiere mejoras en maniobrabilidad y sigilo, características críticas para las operaciones en las aguas poco profundas y disputadas del Estrecho de Taiwán y el Mar de China Meridional. A pesar de la capacidad de China para construir submarinos nucleares, la apuesta por los submarinos diésel-eléctricos convencionales refleja una elección estratégica adaptada a los requisitos únicos del entorno marítimo chino. Estos submarinos, equipados con sistemas avanzados de propulsión independiente del aire (AIP), están diseñados para operaciones submarinas prolongadas, lo que los convierte en formidables armas tanto de defensa como de ataque.

El creciente arsenal submarino de China es un componente crítico de su estrategia más amplia para afirmar el control sobre Taiwán y disuadir a una potencia extranjera de intervenir. El Departamento de Defensa de Estados Unidos prevé que la flota de submarinos de China aumente a 65 unidades en 2025 y a 80 unidades en 2035. Este crecimiento, junto con la integración de misiles hipersónicos antibuque avanzados, permitirá a China llevar a cabo complejas operaciones de bloqueo y primer ataque cuando sea necesario, haciendo prácticamente imposible que los grupos de combate de portaaviones estadounidenses, por ejemplo, mantengan su posición en el Mar de China Meridional. Antes de que los jets estacionados en los portaaviones se pusieran a tiro de la China continental, los buques estadounidenses serían eliminados por los misiles hipersónicos tierra-mar con puntería precisa o los submarinos furtivos al acecho.

Las implicaciones estratégicas del desarrollo de los submarinos chinos no están pasando desapercibidas para sus vecinos, y los vasallos estadounidenses de la región están haciendo todo lo posible por armarse. Sin embargo, no es China quien amenaza a estos países frente a sus costas, sino que es Estados Unidos quien navega frente a las costas chinas con sus vasallos aliados y se siente «amenazado» por los esfuerzos de defensa de China.

¿Y qué aprende el ministro Pistorius de todo esto? No hace tanto tiempo, ya había un ministro de guerra del SPD que quería defender los intereses alemanes en el Hindu Kush junto a los estadounidenses. El ex ministro Peter Struck había despilfarrado en su día miles de millones del dinero de los contribuyentes y sacrificado en el proceso cientos de vidas alemanas e innumerables afganas. El sucesor de Struck en las filas de los ministros de Defensa del SPD se ve arrastrado aún más lejos, concretamente a las interminables extensiones del «Indo-Pacífico». Anticipándose a los elogios y las tarjetas de diligencia de Washington, Pistorius quiere posicionarse junto al hermano mayor EE.UU. con su «vistosa fuerza de defensa» como un gran comandante que opera globalmente contra China, de modo que -ya conocemos la expresión- «durante siglos, ningún chino se atreverá a mirar con recelo a un alemán».

La cita procede del Kaiser Guillermo II y formaba parte de su llamado «Discurso del Huno» (27 de julio de 1900), en el que se despedía de los soldados alemanes que habían sido enviados a China para sofocar la «rebelión de los bóxers» anticolonialista. El discurso se caracterizaba por una retórica agresiva e imperialista y pretendía pedir a los soldados alemanes que se mostraran duros y resueltos frente a los chinos, según el lema «No se tomarán prisioneros».

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