Cómo Rusia se orienta hacia Asia – y gana en importancia

Federación Rusa. Fuente: Pixabay

Berlín, Alemania (Weltexpress). El papel cada vez más importante de Rusia en Asia, la profundización de su asociación con China y el papel de los BRICS y la OCS forman un contrapeso a la influencia occidental e incluyen amplios acuerdos comerciales, cooperación energética y proyectos conjuntos de infraestructuras.

La estrategia geopolítica de Rusia en Asia y su integración en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) representan avances significativos en la resistencia a la influencia occidental. Este análisis examina el papel de Rusia en estas organizaciones, el impacto en la geopolítica euroasiática y cómo estas alianzas están configurando un mundo multipolar.

La reorientación de Rusia hacia Asia refleja sus objetivos estratégicos más amplios de diversificar sus asociaciones económicas fuera de Europa y reforzar su influencia geopolítica. Históricamente, Rusia ha estado estrechamente vinculada a Europa, pero desde el golpe de Estado del Maidán en Kiev, financiado y organizado por Estados Unidos hace diez años, las tensiones con Occidente, cada vez más belicoso, han crecido rápidamente, y a más tardar con la imposición occidental de las «sanciones del infierno», el giro de Rusia hacia Asia se ha acelerado aún más. Esta reorientación se caracteriza por el fortalecimiento de las relaciones con China, India y otras naciones asiáticas, lo que facilita la creación de un orden mundial multipolar.

La importancia de los BRICS

El BRICS, acrónimo de un bloque económico formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, representa un esfuerzo colectivo para promover la cooperación económica y el diálogo político entre las economías emergentes, en particular del Sur Global, sin excluir a Estados europeos como Hungría, Serbia y Turquía, que también han manifestado su interés. Para Rusia, el BRICS es una plataforma de cooperación en asuntos económicos, políticos y de seguridad, y ofrece una alternativa a las instituciones dominadas por Occidente, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

En cuanto a la cooperación económica dentro del BRICS, Rusia colabora con los demás miembros fundadores en diversas iniciativas económicas, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que financia proyectos de infraestructuras en los Estados miembros. Esta cooperación reduce la dependencia de los sistemas financieros occidentales y fomenta el crecimiento económico mutuo.

El BRICS también constituye un foro de diálogo político en el que los Estados miembros debaten y coordinan cuestiones globales. Esta postura colectiva refuerza la influencia de Rusia en la configuración de normas y políticas internacionales. Al mismo tiempo, el BRICS desafía la unipolaridad del liderazgo mundial a través del «orden internacional basado en normas» dictado por Estados Unidos, por ejemplo, colaborando con China para promover un orden internacional más equilibrado e inclusivo. La participación de Rusia subraya su compromiso con un mundo multipolar y representa así un contrapunto a la hegemonía occidental para el Sur Global.

El papel de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS)

La OCS, fundada en 2001 por China, Rusia y varios países de Asia Central, se centra en la cooperación política, económica y en materia de seguridad. La ampliación de la organización para incluir a India y Pakistán ha consolidado aún más su papel en la estabilidad y la cooperación regionales.

La OCS hace hincapié en la seguridad regional mediante maniobras militares conjuntas y el intercambio de inteligencia. Para Rusia, esta cooperación es crucial en la lucha contra el terrorismo, el separatismo y el extremismo en Asia Central. La OCS también actúa en el ámbito económico. Promueve la integración económica entre los Estados miembros fomentando el comercio, la inversión y los proyectos de conexión de transportes entre los miembros. Rusia se beneficia de esta integración al mejorar sus rutas comerciales y sus relaciones económicas con Asia.

Al mismo tiempo, la OCS también sirve de plataforma diplomática para que Rusia se relacione con otras grandes potencias asiáticas, en particular China e India. Este compromiso es crucial para la estrategia más amplia de Rusia de equilibrar la influencia occidental.

Asociación Rusia-China

La piedra angular de la reorientación de Rusia hacia Asia es su asociación estratégica con China. Esta relación, caracterizada por intereses y objetivos geopolíticos comunes, desempeña un papel crucial tanto en los BRICS como en la OCS. Es prácticamente el pegamento que mantiene unidos a los BRICS y la OCS y los hace aún más atractivos para otros candidatos a la adhesión con cada profundización de las relaciones ruso-chinas.

La asociación económica entre Rusia y China incluye amplios acuerdos comerciales, cooperación energética y proyectos conjuntos de infraestructuras. El gasoducto «Poder de Siberia» y otros proyectos energéticos subrayan la interdependencia de ambas naciones.

Existe un alto grado de acuerdo político entre Rusia y China, aunque no se aplique a todas las cuestiones, por ejemplo en las relaciones con Vietnam. Sin embargo, hay coincidencia en cuestiones fundamentales, sobre todo en lo que se refiere a la valoración de la agresividad de EEUU y sus vasallos. También comparten su rechazo al «orden internacional basado en normas» que Occidente lleva décadas imponiendo a la mayoría de los países del mundo con chantajes y sanciones económicas y financieras o con amenazas militares y guerras. Rusia y China persiguen el objetivo común de transformar este mundo unipolar explotador de Occidente en un mundo multipolar, al tiempo que rechazan tajantemente cualquier tipo de intervencionismo occidental. Este consenso constituye la espina dorsal de la cooperación en el BRICS y la OCS.

La cooperación militar abarca una amplia gama de programas de defensa. Estos incluyen, por supuesto, la cooperación y la adaptación en áreas como la estrategia y la táctica (actualmente están en la agenda las lecciones aprendidas de la guerra por delegación de Estados Unidos en Ucrania), pero Rusia también tiene mucho que ofrecer en otras áreas, como sus sistemas integrados de defensa antiaérea líderes en el mundo y las tácticas de su aplicación. En el campo de la defensa y la guerra electrónicas, los rusos también son líderes mundiales. En cooperación con la gigantesca industria electrónica china y utilizando sus tecnologías de vanguardia, los revolucionarios productos de tecnología militar de los rusos podrían seguir desarrollándose junto con China y hacer que el mundo emergente, más pacífico y justo, sea inatacable para los depredadores imperialistas de Occidente durante generaciones.

En lo que ahora son ejercicios militares conjuntos regulares, Rusia y China están mejorando sus capacidades estratégicas y disuadiendo las amenazas externas, especialmente de Occidente. Ambas partes utilizan tecnología militar de vanguardia. Sin embargo, un ejercicio conjunto para una emergencia sólo puede funcionar si, por ejemplo, las nuevas capacidades militares de un interceptor ruso con tecnología punta son conocidas por el puesto de mando del buque insignia chino e introducidas en su ordenador. A la inversa, el alto mando regional ruso, que coordina la operación con los chinos, también debe conocer las capacidades ultrasecretas del buque de guerra chino para evitar tomar una decisión equivocada. Este es un ejemplo simplificado, y la realidad es mucho más compleja. Pero el hecho de que se produzcan maniobras de este tipo demuestra el alto nivel de confianza mutua entre los ejércitos chino y ruso.

Implicaciones para la geopolítica euroasiática

La integración de Rusia en el BRICS y la OCS está cambiando la geopolítica euroasiática de varias maneras.

En primer lugar, estas organizaciones promueven una mayor integración dentro de Eurasia al mejorar la conectividad y la interdependencia económica entre los Estados miembros. Rusia desempeña un papel central en esta integración, aprovechando su posición geográfica y estratégica.

En segundo lugar, la cooperación en materia de seguridad dentro de la OCS constituye un contrapeso a la influencia de la OTAN en la región. El liderazgo de Rusia en la OCS refuerza su posición como actor clave de la seguridad en Eurasia.

En tercer lugar, la OCS proporciona a Rusia una influencia considerable en Asia Central, una región crucial para sus intereses económicos y de seguridad. Esta influencia es importante para la defensa frente a posibles amenazas y el fomento de la estabilidad regional.

En cuarto lugar, en contraste con una Europa en declive, el BRICS representa una coalición de grandes economías emergentes que trabajan para promover los intereses del Sur global. La participación de Rusia subraya su compromiso con la solidaridad del Sur global y desafía el dominio de las potencias occidentales.

La reorientación estratégica de Rusia hacia Asia y su participación activa en los BRICS y la OCS representan un avance significativo en la resistencia a la influencia occidental. Estas alianzas promueven la cooperación económica y de seguridad y el diálogo político en las regiones de crecimiento más importantes del mundo y contribuyen a la formación de un mundo multipolar. Europa, liderada por la UE en Bruselas, que recibe órdenes de Washington, se ha excluido de estos florecientes mercados del futuro, mientras que Rusia está reforzando sus relaciones con las naciones asiáticas e integrándose en estas organizaciones. De este modo, aumenta su influencia geopolítica y contribuye a un orden mundial más equilibrado e integrador. Las implicaciones para la geopolítica euroasiática son profundas, pues cambian la dinámica regional y desafían la unipolaridad de la hegemonía occidental, arrinconando a Europa.

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