
Berlín, RFA (Weltexpress). Bajo el lema «America First» y «Paz a través de la fuerza», el presidente estadounidense Donald Trump presenta ahora una estrategia que marca una clara ruptura con la línea de política exterior y de seguridad de las últimas décadas y que, sobre todo en Europa, podría provocar importantes trastornos.
El 5 de diciembre de 2025, la Casa Blanca publicó la nueva «Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos». El documento, de solo 33 páginas, puede consultarse en esta dirección.
En cuanto al contenido, la nueva estrategia se centra sin concesiones en la seguridad de las fronteras propias, la reactivación de la economía estadounidense y una intervención internacional altamente selectiva y gradual, siempre bajo el lema «America First» (Estados Unidos primero).
Las prioridades centrales
El núcleo de la nueva estrategia es la protección de la patria. La inmigración masiva ya no se trata como una cuestión humanitaria o económica, sino que se declara una amenaza existencial para la cohesión social, el mercado laboral y la seguridad interior. Los autores hablan abiertamente de que «la era de la migración masiva debe terminar». Se utilizará la fuerza letal contra los cárteles mexicanos y las bandas de traficantes si es necesario; se reforzarán considerablemente la guardia costera y la marina en la región del Caribe.
En el sistema del hemisferio occidental, se proclama un «corolario Trump» como nueva Doctrina Monroe 2.0: Estados Unidos vuelve a reclamar la hegemonía ilimitada en América Central y del Sur. China y otros adversarios deben ser expulsados de la región, y la migración y el tráfico de drogas deben detenerse por todos los medios, incluso militares si es necesario.
Europa y la OTAN sufren una clara devaluación. La estrategia advierte del «declive civilizatorio» de Europa debido al cambio demográfico y la migración. El documento habla de una composición «mayoritariamente no europea» de varios países miembros de la OTAN en un futuro previsible. Por ello, Washington ha anunciado que «fomentará la resistencia contra el declive europeo». En pocas palabras, esto significa apoyar la resistencia política interna de la UE (por ejemplo, la AfD en Alemania) contra la élite globalista neoliberal que actualmente gobierna en Europa.
También se prevén cambios radicales para la OTAN. En lugar de seguir expandiéndose, la OTAN volverá a centrarse en sus tareas fundamentales. Al mismo tiempo, se insta a los aliados europeos a que se ocupen más de su propia defensa y destinen al menos el 5 % de su PIB a este fin, una proporción muy superior al objetivo anterior del 2 %.
En lo que respecta a China, la estrategia adopta un tono sorprendentemente conciliador, al menos en lo económico. En lugar de una desconexión total, se pretende lograr un comercio «mutuamente beneficioso» con una estricta reciprocidad. Al mismo tiempo, se critica duramente la política de puertas abiertas de las últimas décadas, ya que esta es la que ha convertido a China en una potencia mundial.
Sin embargo, en el ámbito militar, China sigue siendo el principal desafío para Washington: por lo tanto, se debe evitar un posible conflicto por Taiwán mediante una clara superioridad militar («military overmatch»). La estrategia para implementar esta «superioridad estadounidense» desde el punto de vista logístico y tecnológico-militar en las puertas de China se descubrió muy probablemente después de disfrutar de un cigarro de marihuana que amplía la conciencia y de echar un vistazo a la bola de cristal secreta del Pentágono.
En la guerra de Ucrania, el documento exige un «rápido fin de las hostilidades» mediante negociaciones. El apoyo indefinido a Kiev se presenta como un error de la Administración Biden. En su lugar, se debe restablecer la estabilidad estratégica con Rusia para evitar que los europeos intensifiquen aún más la escalada en Ucrania.
Oriente Medio y África apenas tienen importancia. Las antiguas «misiones para construir naciones democráticas» eran absurdas y se declaran definitivamente terminadas. Aliados como Arabia Saudí y los Emiratos ya no deben ser «sermoneados» por cuestiones de derechos humanos y otras tonterías similares. Washington quiere retirarse en gran medida de África para obtener las materias primas que necesita de regiones más importantes y fiables.
Contraste con el Gobierno de Biden
A continuación se ofrece una breve comparación de algunos puntos importantes entre la estrategia de seguridad nacional de Joe Biden de 2022 y la nueva versión actual de Trump para 2025:
El contraste con el Gobierno de Biden de 2022 no podría ser mayor:
- En 2022, la atención se centró en el liderazgo mundial de Estados Unidos, el fortalecimiento de las alianzas multilaterales y la lucha contra el cambio climático, las pandemias y el llamado «autoritarismo» en todo el mundo. En 2025, precisamente este «orden mundial» se rechaza como un error ingenuo de décadas pasadas, que ha fortalecido sobre todo a China y ha debilitado a la clase media estadounidense.
- En 2022, la migración todavía se consideraba un reto humanitario que debía «combatirse en su origen» mediante la ayuda al desarrollo, mientras que en 2025 se considera una amenaza directa para la identidad y la seguridad nacionales.
- En 2022, se pretendía fortalecer y ampliar Europa y la OTAN para contener a Rusia. En 2025, se advierte del «declive autoinfligido» de Europa y se anuncia una reducción masiva del compromiso estadounidense.
- En 2022, China se consideraba un «reto de ritmo» contra el que se debían forjar alianzas globales como la AKUS. El «reto de ritmo» de China significaba una «rivalidad a largo plazo» en la que una nación intenta «mantener el ritmo» y superar a la otra en diferentes ámbitos, pero no a través de conflictos inmediatos. En 2025, Trump prefiere un comercio pragmático con China, siempre que se garantice la reciprocidad.
- La guerra de Ucrania se libró en 2022 supuestamente como una lucha por la democracia para infligir una derrota estratégica al «agresor agudo» Rusia. En 2025, la guerra debe terminar lo antes posible mediante un acuerdo.
En total, el documento estratégico de 2022 se reduce de 48 páginas en la época de Biden a solo 33 páginas en la de Trump. En cuanto al contenido, ha pasado de un globalismo irracional «basado en valores» a un realismo sobrio. El mensaje es inequívoco: los días en que los vasallos de Estados Unidos podían confiar en su policía mundial han terminado.
Conclusión
La Estrategia de Seguridad Nacional de noviembre de 2025 es más que un simple documento estratégico: es la base programática del segundo mandato de Trump. Rompe radicalmente con el orden de posguerra que ha caracterizado a Estados Unidos desde 1945 y, en su lugar, apuesta por un retorno a su propio hemisferio, una seguridad fronteriza estricta y una disuasión concentrada frente a China. Europa, Oriente Medio y gran parte de África se clasifican deliberadamente como escenarios secundarios en los que se asumen riesgos a sabiendas para liberar recursos para los intereses realmente vitales de Estados Unidos.
Sin embargo, esta estrategia de «retirada controlada» y adaptación a las realidades globales, que se manifiesta en el cambio radical de la correlación de fuerzas en detrimento de Occidente y Estados Unidos, no impedirá el relativo declive de Estados Unidos. En cambio, podría permitir a Estados Unidos integrarse pacíficamente en el nuevo orden multipolar.
En cualquier caso, lo que es seguro es que este documento marca el comienzo de un nuevo capítulo en la política exterior estadounidense, que probablemente provocará importantes trastornos, especialmente en Europa, donde, a diferencia de Washington, aún no se han reconocido los signos de los tiempos.




















