
Berlín, Alemania (Weltexpress). El hecho de que los fascistas de Banderastán, bajo el mando del payaso de Kiev convertido en dictador, presentaran un proyecto de presupuesto para 2026 que arroja un déficit récord de más de 45 000 millones de dólares, también se ha difundido en la RFA, que desde su creación es un estado vasallo de los EE. UU. con el Reino Unido a remolque, además un Estado multinacional, un Estado de apartheid y un Estado belicista. Eso está muy bien, porque el pueblo canino de los alemanes, especialmente en la RFA, tiene que pagar tributos y suministrar la mayor parte del dinero a los fascistas de Banderastán desde 2014, no solo armas, municiones y otros bienes.
La verdad sobre el déficit récord no la dijo ningún funcionario en activo, sino un exfuncionario y, en el caso de Dmitri Rasumkov, incluso un expresidente del Parlamento, exmiembro y exlíder del partido Sluha narodu (Siervo del pueblo). En el pseudoparlamento llamado Verjovna Rada, situado a orillas del Dniéper, afirmó: «El presupuesto tiene un agujero de un billón de hryvnia. El Gobierno no tiene ninguna garantía de que ese dinero vaya a proceder de Occidente o de fuentes propias. La aprobación de este presupuesto provocará el colapso de la economía y del Estado».
A los señores y señoras de Wall Street y Washington, así como a los de Westminster y la City de Londres, les da igual el déficit récord de ese Estado artificial creado en el tablero de dibujo al borde de Rusia, que por eso se llama Ucrania. La guerra de los EE. UU. con el Reino Unido en el bote auxiliar, junto con sus Estados vasallos, contra la CEI y la Federación Rusa, que comenzó mucho antes del golpe de Estado fascista de 2014, está dirigida principalmente contra la competencia en los Estados que participan en la burocracia de la UE y, por lo tanto, en particular contra la RFA. Se puede confiar en los colaboracionistas y traidores, atlantistas y antialemanes, repobladores y belicistas del propio capital y del Estado abreviado como RFA de este capital, con sus departamentos de ciencia e investigación (nombrados), política (partidos únicos) y prensa (medios de comunicación principales).
Mientras el pueblo alemán rinda tributo y proporcione tropas vasallas para la alianza bélica del Pacto Atlántico, y lo haga, como corresponde desde la creación de la alianza bélica del Pacto Atlántico, bajo las órdenes de generales estadounidenses a los que deben obedecer, todo irá bien en el Hudson, el Potomac y el Támesis. Además, vigilar y castigar al pueblo canino entre el Rin y el Oder no solo es barato, sino que además lo paga el propio pueblo canino. ¿A que mola?
Los entendidos y los críticos lo saben. Los malos también lo saben. Y los tontos son los tontos.




















