La política de EEUU hacia China es: contención o guerra

Jeffrey Sachs. Fuente: Ministerio Federal de Europa, Integración y Asuntos Exteriores - FMSTAN & SPIDER Reunión global en los Ministerios de Asuntos Exteriores de Austria en Viena, lugar y fecha de grabación: Viena, 25 de noviembre de 2019, CC BY 2.0

Berlín, Alemania (Weltexpress). Por qué Jeffrey Sachs cree que las medidas estadounidenses para frenar el ascenso de China han fracasado y, en cambio, hacen cada vez más probable una guerra de Estados Unidos con el Reino del Medio.

Jeffrey Sachs, renombrado economista estadounidense y experto en políticas públicas, se ha pronunciado sobre las estrategias de Estados Unidos hacia China. Sus opiniones ponen de manifiesto la gran preocupación que suscitan las posibles consecuencias de la actual política estadounidense.

En una entrevista de audio con el South China Morning Post, con sede en Singapur, Sachs argumentó que el enfoque estadounidense para contener el ascenso de China no sólo ha fracasado, sino que también corre el riesgo de acercar al mundo a un conflicto. También criticó la respuesta del Estado Profundo estadounidense al éxito chino y ofreció su visión del actual proceso de globalización. Este artículo explora la perspectiva de Sachs, examinando sus argumentos centrales y sus implicaciones.

Sachs señaló que la estrategia de contención estadounidense, que se basa en una mezcla de sanciones económicas, guerras comerciales y presión diplomática para obligar a China a frenar voluntariamente su crecimiento y limitar su creciente influencia, no sólo en Asia sino también en el Sur Global, según los dictados de Washington, no ha tenido éxito. Sachs argumentó que este enfoque había fracasado por varias razones:

  1. A pesar de las numerosas sanciones y aranceles, la economía china ha mostrado una notable resistencia. El país sigue creciendo más rápido que la mayoría de las demás grandes economías. Sachs señala que las sólidas políticas económicas de China, sus inversiones estratégicas en tecnología y la expansión de sus redes comerciales le han ayudado a resistir la presión externa de Occidente.
  2. China está profundamente integrada en la economía mundial. La Iniciativa «Belt and Road» (BRI), por ejemplo, ha creado una red de comercio e inversión de gran alcance en Asia, África y Europa. Sachs cree que los intentos estadounidenses de aislar económicamente a China son inútiles ante esta amplia integración mundial.
  3. Los avances tecnológicos de China, especialmente en áreas como «5G», «inteligencia artificial» y «energías renovables», la han convertido en líder mundial. Sachs sostiene que los esfuerzos por frenar el progreso tecnológico de China mediante restricciones y prohibiciones no han detenido su impulso innovador y no podrán detenerlo en el futuro.

Riesgos de escalada hacia el conflicto

Sachs advierte de que la actual estrategia estadounidense está intensificando las tensiones con China, lo que podría desembocar en un conflicto, sobre todo porque muchas líneas importantes de comunicación a nivel gubernamental entre ambos países ya no funcionan. Esto es muy peligroso, sobre todo porque ahora existe una profunda desconfianza en Pekín hacia el hegemón poco fiable de Washington, que rompe temerariamente los tratados válidos y cree que, como nación excepcional, no tiene que cumplir ningún acuerdo. Sachs esboza varios factores que agravan esta peligrosa evolución:

  1. Estados Unidos y China han aumentado considerablemente sus capacidades militares en respuesta a las acciones del otro. Esta carrera armamentística aumenta el riesgo de enfrentamientos militares accidentales o deliberados.
  2. La retórica cada vez más hostil de los políticos estadounidenses y las medidas diplomáticas contra China, como el cierre de consulados y la imposición de sanciones a funcionarios y empresarios chinos, han exacerbado aún más las tensiones. Sachs cree que estas medidas podrían hacer que el deterioro de las relaciones se descontrole.
  3. Regiones como el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán son especialmente volátiles. Sachs señala que el comportamiento agresivo de ambas naciones en estas regiones aumenta la probabilidad de un choque militar. (Sin embargo, Sachs se queda corto en este punto, ya que existe una diferencia clave: la agresividad estadounidense se manifiesta en claras provocaciones y violaciones de los tratados, mientras que la agresividad china se manifiesta en un enérgico rechazo y en claras advertencias de nuevas provocaciones).

La reacción del Estado Profundo estadounidense ante el éxito de China

En la segunda parte de la entrevista, Sachs ofrece una visión crítica de la reacción del llamado Estado Profundo estadounidense ante el ascenso de China. Define el Estado Profundo como la red de agencias de inteligencia, contratistas de defensa y funcionarios gubernamentales que ejercen una influencia considerable en la política exterior estadounidense. Según Sachs, la respuesta de este grupo al éxito de China se caracterizó por los siguientes rasgos:

Estrategias equivocadas

  1. Sachs sostiene que el enfoque del Estado Profundo tiene sus raíces en una «mentalidad de Guerra Fría» que ve a China como una amenaza existencial similar a la Unión Soviética. Esta perspectiva anticuada conduce a estrategias de confrontación más que de cooperación.
  2. La imposición de aranceles, sanciones y otras medidas económicas contra China refleja la creencia de que la presión económica puede desestabilizar el ascenso de China. Sachs sostiene que estas medidas no sólo son ineficaces, sino también perjudiciales para la estabilidad económica mundial.

Miedo a perder la hegemonía

  1. El Estado Profundo está impulsado por el miedo a perder la hegemonía mundial de Estados Unidos. Sachs cree que este miedo conduce a una política dirigida a preservar el dominio estadounidense a toda costa, incluso si esto significa un aumento de la inestabilidad global.
  2. El énfasis en la contención pasa por alto los beneficios potenciales de la cooperación mundial. Sachs aboga por un enfoque más cooperativo que reconozca el papel de China en la economía mundial y busque soluciones mutuamente beneficiosas.

La continuación de la globalización

En contra de algunas narrativas sobre el fin de la globalización, Sachs sostiene que la globalización no sólo continúa, sino que evoluciona, pero en condiciones muy diferentes a las que se daban bajo los dictados neoliberales. Cita varias razones para esta afirmación:

Resistencia de las redes comerciales mundiales

  1. La economía mundial está profundamente interconectada, con cadenas de suministro que abarcan múltiples países. Sachs señala que, a pesar de las tensiones geopolíticas, estas redes siguen siendo sólidas debido a su eficiencia y beneficios económicos.
  2. El auge de las tecnologías digitales ha creado nuevas formas de globalización. El comercio electrónico, los servicios digitales y las plataformas de comunicación en línea facilitan interacciones globales que trascienden las fronteras físicas.

Acuerdos regionales y bilaterales

  1. Aumentan los acuerdos comerciales regionales y bilaterales. Sachs subraya que los países están encontrando nuevas formas de cooperar económicamente para eludir los restrictivos marcos multilaterales.
  2. La diplomacia comercial proactiva de China a través de iniciativas como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) ilustra el impulso continuado de la globalización. Sachs cree que este tipo de iniciativas seguirán impulsando la integración económica mundial.

En resumen, la crítica del profesor Sachs a la política estadounidense hacia China ofrece una perspectiva aleccionadora sobre las posibles consecuencias de las estrategias actuales. Todos los intentos de contener a China no sólo han fracasado, sino que han aumentado el riesgo de conflicto militar. Sachs también destaca las reacciones equivocadas del Estado profundo estadounidense ante el éxito de China y subraya la necesidad de un enfoque más cooperativo. A pesar de estas tensiones, Sachs sigue siendo optimista sobre el futuro de la globalización, señalando la resistencia de las redes comerciales mundiales y la necesidad de cooperación internacional para hacer frente a los desafíos globales. Sus ideas exigen una reevaluación de las estrategias y abogan por políticas que den prioridad a la estabilidad mundial y al beneficio mutuo frente a la confrontación.

«En lugar de la contención o la guerra, la solución es la cooperación».

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