Berlín, Alemania (Weltexpress). El profesor Gilbert Doctorow ofrece un análisis exhaustivo de la situación del conflicto de Ucrania, los diversos aspectos de las estrategias de la OTAN, las respuestas rusas y las implicaciones geopolíticas más amplias, así como la evolución de la dinámica entre la OTAN y Rusia y sus aliados globales.
Las actuales tensiones geopolíticas entre la OTAN y Rusia han alcanzado nuevas cotas, especialmente con el conflicto de Ucrania como punto álgido con implicaciones globales. En una entrevista el 11 de julio con el juez estadounidense Andrew Napolitano en el programa «Judging Freedom», el profesor estadounidense de renombre internacional, geoestratega y experto en Rusia aportó las siguientes reflexiones.
Sobre la presencia de tropas estadounidenses en Europa
El presidente Biden destacó recientemente la presencia de más de 100.000 soldados estadounidenses en Europa y subrayó su disposición a responder a cualquier escalada en Ucrania. Esta importante presencia militar se percibe como un movimiento estratégico para intimidar a Rusia y reafirmar el compromiso de la OTAN con la defensa de su flanco oriental. El profesor Doctorow señaló que este despliegue de tropas está siendo vigilado de cerca por Rusia y que Moscú está siguiendo meticulosamente las capacidades y movimientos de la OTAN.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los cientos de miles de tropas norteamericanas que todavía permanecen en la Europa ocupada por EEUU no son en su mayoría tropas de combate, sino principalmente tropas cuyo papel consiste en gestionar y mantener las bases norteamericanas y la red logística de las fuerzas norteamericanas en Europa. Sin embargo, esta infraestructura militar permite a EEUU reforzarse con tropas de combate en Europa de la forma más eficiente posible.
Las implicaciones estratégicas de este despliegue militar masivo de EEUU en Europa son profundas. En la narrativa de las élites de EEUU/OTAN/UE, esta presencia estadounidense sirve para disuadir las supuestas intenciones rusas de atacar a los países de la OTAN en el este. Sin embargo, no hay pruebas ni evidencias de estas pretendidas intenciones rusas. De hecho, este despliegue de tropas estadounidenses aumenta la presión sobre Rusia en caso de crisis y, por tanto, incrementa el riesgo de una confrontación directa con la OTAN. No deben subestimarse los mensajes psicológicos y políticos que envía una presencia militar estadounidense tan significativa, pues contribuyen a la tensión e incertidumbre general en toda Europa y más allá de sus fronteras, afirma el profesor Doctorow.
Percepción y preparación rusas
En la entrevista destaca el debate interno en Rusia sobre cómo responder a las crecientes provocaciones militaristas de la OTAN. Al mismo tiempo, señala que existe una facción importante en Rusia que considera que el planteamiento diplomático y cauteloso del Presidente Putin hacia Occidente puede resultar perjudicial y teme que sea interpretado en Occidente como debilidad rusa. Esta facción está a favor de una respuesta más agresiva para contrarrestar la creciente presión de la OTAN y Estados Unidos.
Este debate interno refleja el dilema estratégico más amplio al que se enfrenta Rusia. El Kremlin se enfrenta así a la compleja y delicada tarea de encontrar un equilibrio entre la moderación y las innecesarias demostraciones de fuerza destinadas a disuadir a la OTAN de una nueva escalada inaceptable. Según Doctorow, los cálculos estratégicos del Kremlin están muy influidos por estas presiones internas y externas que configuran las maniobras militares y diplomáticas rusas.
El papel de los F-16 y los misiles Tomahawk
Dos de los puntos críticos de controversia tratados en la entrevista fueron el posible despliegue de cazas F-16, que al parecer llegarán a Ucrania en breve, y el despliegue de misiles de crucero Tomahawk con cabeza nuclear y un alcance de 2.000 kilómetros en Alemania por parte de Estados Unidos. La introducción de estos sistemas de armamento en el conflicto ucraniano podría exacerbar significativamente las tensiones. El profesor Doctorow señaló que el entrenamiento de pilotos ucranianos para manejar F-16 implica que pilotos de la OTAN, posiblemente incluso estadounidenses como mercenarios, podrían pilotar estos reactores bajo los colores ucranianos.
Además, el posible uso de misiles Tomahawk, con su largo alcance y capacidad destructiva, supone una seria amenaza para los centros de mando, control y comunicación militares y políticos rusos. La idea de que estos misiles puedan desplegarse también en Ucrania y penetrar profundamente en territorio ruso, incluida Moscú, aumenta el riesgo de un conflicto más amplio. La integración de sistemas de armamento tan avanzados acentúa la creciente implicación militar de la OTAN en el conflicto ucraniano y difumina las líneas que separan el apoyo de la participación directa.
Implicaciones más amplias de las acciones de la OTAN
En la entrevista también se abordaron los objetivos estratégicos más amplios de las acciones de la OTAN. Según Doctorow, el objetivo global de Occidente no es la supuesta defensa de Ucrania, sino el debilitamiento de Rusia para reducir su influencia global y sus capacidades estratégicas, incluso en relación con el apoyo a China. En esta estrategia de Estados Unidos, la OTAN y la UE, la importancia de Ucrania se reduce al papel de un peón en una partida de ajedrez destinada a cambiar permanentemente el equilibrio de poder en Europa en detrimento de Rusia.
Las implicaciones de esta estrategia se extienden a otros actores globales, especialmente China. Al debilitar a Rusia, Occidente pretende aislar a China y hacerla así más vulnerable a futuras maniobras geopolíticas. Esta estrategia interrelacionada pone de relieve la complejidad del actual equilibrio de poder mundial, en el que las acciones en una región tienen consecuencias de gran alcance en todo el mundo.
El futuro de la OTAN y la seguridad europea
Durante la entrevista el debate se centró en el futuro de la OTAN y su papel en la seguridad europea. Se destacó la validez de las preocupaciones del presidente Zelensky sobre un posible cambio en la política estadounidense bajo una futura administración Trump, que podría reconsiderar el compromiso de Estados Unidos con la OTAN. Este escenario plantea naturalmente interrogantes sobre la cohesión y estabilidad a largo plazo de la alianza, en contraste con la unidad fingida que se evocó en la cumbre de Washington.
Según Doctorow, un desmantelamiento político de la OTAN, o una posible reducción del apoyo estadounidense bajo un presidente Trump, afectaría significativamente a las capacidades operativas y la dirección estratégica de la OTAN. La sostenibilidad del enfoque actual de la OTAN, que depende en gran medida del apoyo militar y financiero de Estados Unidos, podría ponerse en duda, lo que llevaría a una reevaluación de las estrategias y alianzas de seguridad europeas.
Cooperación estratégica ruso-china
En la entrevista también se analizó la evolución de la cooperación estratégica entre Rusia y China, especialmente en el contexto de Bielorrusia. Los informes sobre la presencia de tropas chinas en Bielorrusia para realizar maniobras bélicas conjuntas señalan la profundización de la asociación militar entre ambos países. Esta cooperación forma parte de un reajuste más amplio, evidenciado por la reciente admisión de Bielorrusia en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS).
Este hecho señala un cambio en el panorama geopolítico, en el que Rusia y China consolidan sus posiciones y amplían su influencia en Asia Central e incluso en Europa Oriental. La creciente cooperación militar entre estas dos potencias proporciona un contrapeso a la presencia global de EEUU y a las acciones de la OTAN, añadiendo otra capa de complejidad a la dinámica de seguridad regional.
Conclusión
En su entrevista, el profesor Doctorow ha ofrecido una comprensión matizada de las actuales tensiones geopolíticas entre la OTAN, Rusia y sus respectivos aliados. La presencia de tropas norteamericanas en Europa, el despliegue de avanzados sistemas de armamento y la evolución de las alianzas estratégicas ponen de relieve el carácter altamente volátil del conflicto en Ucrania. A medida que se desarrolle la situación, el delicado equilibrio entre disuasión y provocación, diplomacia y agresión, marcará el futuro de la seguridad europea y mundial. La interacción de estos factores determinará en un futuro próximo si la situación en Europa avanza hacia la resolución y la estabilidad o se intensifica aún más hacia una guerra de grandes proporciones.
Si desea ver la entrevista de 30 minutos en inglés, puede hacerlo a través de este enlace.